Pagina Siete
La semana pasada fue la más ajetreada en la vida de Abel Espejo. Luego de haber oficializado la realización del concierto de Guns N’ Roses para el 12 de octubre, el pasado sábado 20 se enteró que la banda había reemplazado la sede de La Paz por la de Córdoba, Argentina. Al día siguiente pidió una explicación al grupo, a sus representantes por la decisión inconsulta.
Los rumores sobre la cancelación del publicitado concierto crecieron como bola de nieve durante esos días, hasta que el pasado miércoles se confirmó que el concierto se suspende hasta una posible siguiente gira de la banda por tierras sudamericanas.
“Todos los negocios tienen sus riesgos, pero el de los espectáculos mucho más, porque se pierde mucho, pero mucho dinero. Cuando me enteré que Guns había excluido a La Paz entré en shock. Con el paso de los días me voy recuperando”, explica Espejo de Esuesa Producciones, que el año pasado hizo posible el megaconcierto de Scorpions.
Algo parecido le ocurrió a David Maldonado, de VM-Music, quien apostó por organizar el concierto del rockero argentino Charly García y faltando una semana se canceló por una enfermedad de la estrella. “Pero al día siguiente, Charly estaba en un show todo sano. A veces un concierto que puede costar miles o millones de dólares se puede cancelar por el capricho de un artista, así de arriesgado es este negocio”, comenta Maldonado.
En este negocio, a nivel nacional e internacional, hablar de montos es imposible. Hay un código de silencio entre los empresarios de espectáculos sobre las cifras que mueven los conciertos internacionales, que muchas veces pasan los seis dígitos.
Pablo Paredes, de la empresa Kilómetro Zero, encargada del primer concierto internacional unplugged en Bolivia por Zoé en octubre, aconseja para evitar este tipo de problemas contar con contratos específicos. “Hay varios factores para la cancelación de un concierto, desde imprevistos en vuelos, problemas de salud, cancelación de giras. La clave para evitar este tipo de problemas es contar con contratos muy específicos, sólidos y con cada punto muy bien estudiado y redactado por abogados especialistas en esta área”, dice Paredes, quien por el momento inició la campaña de promoción del show mediante redes sociales y en las próximas semanas lo hará por medios grandes de comunicación.
También acota que para evitar inconvenientes al momento de la firma de los contratos es mejor coordinar tanto con el artista, con su representante y con las empresas que manejan sus giras. “Obviamente nos sale más barato que una banda llegue a Bolivia cuando realiza una gira por Sudamérica que traerlos directamente de su país de origen o cualquier otro hasta el nuestro”, añade.
Otro gran inconveniente que varios empresarios identifican fueron las nuevas reglas impositivas que el Gobierno, a través de Impuestos Internos, ha dispuesto desde hace un mes. Se trata de un depósito previo al concierto de una boleta de garantía por el valor del 35% del monto total de las entradas que se estima vender. Esto afecta a las grandes producciones de artistas de renombre internacional como a pequeños. “En vez de impulsar una industria del espectáculo y del entretenimiento, el Gobierno sólo pone trabas a fomentar esta industria naciente y esa boleta es una forma de tapar su ineficiencia al momento de cobrar los impuestos a anteriores espectáculos, de años pasados, y ahora lo quieren hacer a destiempo y de una forma nada racional”, expresa Gustavo Tobar, empresario a cargo de FM Rock, que en noviembre presentará el concierto de Mägo de Oz y hace tres meses organizó el primer show del grupo metalero Brujería.
Desde Santa Cruz, Gabriel Feldman, empresario quien hizo posible la llegada a Bolivia de estrellas como Shakira, Luis Miguel o Marc Anthony, coincide con Tobar, pero prefiere no emitir declaraciones pues actualmente la Renta le sigue un proceso por una supuesta evasión de impuestos. “Dentro de poco toda la ciudadanía se dará cuenta que Impuestos está cometiendo un error en este juicio porque hay muchos responsables. No todo es culpa y responsabilidad del empresario”, comenta Feldman y recuerda que los conciertos que Enrique Iglesias debía dar en La Paz y Santa Cruz se suspendieron debido a estas normas impositivas.
Jorge Mealla, empresario especializado en shows de música electrónica, aconseja fichar artistas serios. “Creo que todos sabemos que el carácter de Axl Rose es muy inestable, como también de Charly García y por lo tanto es como jugar a la ruleta rusa. Nosotros hemos aprendido a trabajar con artistas muy serios y responsables porque se juega mucho dinero en este negocio. En mi caso me especialicé en trabajar con los DJ más famosos del planeta”, dice. Adelanta que el show del DJ Tïesto programado para el 19 de octubre será imperdible. “Para nosotros también es fácil trabajar logísticamente con los DJ, pues su equipo no es más de seis u ocho personas. Pero cuando una banda rockera grande puede llegar con un equipo de hasta 30 personas eso eleva los costos para los empresarios”.
Varios empresarios coinciden en que si bien algunos costos se hicieron factibles para hacer posible la llegada de varios artistas al país, algo casi imposible hace diez años, ahora se invierte mucho en la producción del evento. “Hoy debemos tener en cuenta la escenografía, el sonido (que tiene que ser importado de Argentino o Colombia), la iluminación o las pantallas Led son casi una exigencia de grandes artistas. Eso cuesta mucho y le da mucho colorido al evento. Felizmente, La Paz, Santa Cruz e incluso Cochabamba ya forman parte de un circuito estable para shows internacionales”. Otro aspecto muy importante al momento de medir el éxito de un show internacional es la respuesta del público. “A veces un grupo o artista puede ser muy popular pero no puede convocar gente. Depende mucho el apoyo del público, pues el boliviano no está acostumbrado a tener shows grandes y puede ser arriesgado”.
“El primer concierto que ofreció Rata Blanca en La Paz estuvo lleno, el tercero estuvo casi vacío”, explica Fernando Achá, empresario que apuesta por grupos nada comerciales como Destruction y alista los conciertos en La Paz de Morbid Angel para el 6 de septiembre y Overkill para el 1 de noviembre.
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