Fue a las 20.45 que el músico de padre catalán y nacido en Manila irrumpió en el escenario del Teatro al aire libre Jaime Laredo. Allí presentaría el recital con el que promociona su más reciente trabajo discográfico, del 2010, denominado Intemperie. A su paso, la blancura de su cabellera contrastaba con el negro de la vestimenta. Entró invitado por tres músicos que ya lo esperaban con el marco musical de Me va la vida en ello, que dio comienzo a la velada.
Desde el inicio del espectáculo, el cantautor de 67 años demostró que la calidad de su voz se mantiene intacta al igual que su irónico sentido del humor, que se hizo presente en muchos momentos de la velada. Citó poemas y frases ocurrentes que arrancaron sonrisas y aplausos. “Todo tiene su contrario: el Sol tiene la Luna; la noche, el día, y Dios tiene su contrario en la Tierra, el Papa”, comentó antes de empezar con Girasoles, título de una de las 14 composiciones incluidas en el disco Intemperie, que destacaron en la parte inicial del show.
Luego de rendir homenajes musicales a genios como Velásquez, Goya, Picasso o Lennon, el cantante desafió la altura paceña y, en vez de tomar un mate de coca, llevó al escenario un cigarrillo y una copa de vino. Así continuó durante casi tres horas de música ininterrumpida en que interpretó canciones de sus otros trabajos discográficos.
Llegó el momento en que los músicos se retiraron tras un abrazo y la ovación del público. Sin embargo, luego de un ola de gritos pidiendo “otro, otro”, Aute regresó solo a escena para regalar sus canciones más celebres: La Belleza, Anda, Slowly, Sin tu latido y más.
Finalmente, a eso de las 23.30, Aute regaló una versión desnuda, a capella, de Al alba, y desató la emoción del público que gritó y aplaudió agradecido.
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