Unos 1.500 chicos, entre niños y adolescentes, dieron vida a la fiesta del Festival Elay Puej 2011 de danza folclórica del oriente boliviano.
En nueva sede, el Parque Urbano, y como una celebración de los 21 años del Proyecto Cultural Gran Paitití en cuyo seno nació el festival, pasaron las dos horas y media en que bailaron 13 elencos independientes y establecimientos educativos, este año más unidades fiscales que colegios particulares.
Los cuatro primeros grupos coreográficos fueron de alumnos de primaria, niños que para el organizador Héctor Molina significan la renovación del evento que tuvo días de gloria y marcó huella desde cuando de la Casa de la Cultura, su primera sede, se trasladó a coliseos y luego al segundo anillo de la ciudad para convertirse en un megaespectáculo de calle con ingredientes y aderezos para merecer tal rango.
Los nueve grupos restantes, juveniles, mostraron lo que Molina llama folclore de proyección, el baile de ritmos tradicionales con pasos y vestuarios estilizados.
Con sencillez en relación con versiones anteriores, pero con el entusiasmo desbordante de siempre, transcurrió anoche el desfile. El Proyecto Gran Paitití reconoció a los participantes con trofeos entregados por los tres únicos funcionarios municipales presentes, el concejal Manuel Saavedra, que -recordó- bailó en el primer Elay, en 1990 con su colegio San Agustín; el director de promoción cultural, Luis Alberto Paz, y el jefe del área de Turismo, Marcelo Alcón.
El Elay Puej es patrimonio municipal, recibe un apoyo económico de la Alcaldía.
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