jueves, 17 de agosto de 2017

Video Irene tiene una voz privilegiada para cantarle a su tierra


Cuando Irene Torrico debutó en un escenario fue en 2015, durante el espectáculo 100 años de rock de la Camerata del Oriente, que se llevó a cabo en la Casa de la Cultura. Contrariamente a lo que uno se hubiera imaginado, Irene, que en esa ocasión contaba con seis años, no sintió ningún tipo de nervios antes de su actuación. El que se moría de pánico era su padre, el músico Julio César Torrico (Junior), que viene acompañando el ascenso de su pequeña en el mundo de la música, con una mezcla de alegría e inquietud, sentimientos encontrados que nadie mejor que un padre para experimentarlos.

Las pulsaciones de Junior aumentaron la semana pasada, cuando su pequeña de 8 años cantó previo al concierto de gala de Armando Manzanero y Alejandro Lerner. Irene acompañó a Ignis Dúo (Zoran Vranjican y Sebastián Hurtado) con los que hizo escuchar su versión de Niña camba. Las estrellas de la noche quedaron maravilladas con el talento de la niña, especialmente Manzanero, que fue a buscarla detrás del escenario para felicitarla.
Esa noche también hizo deleitar con su voz y el piano del músico argentino Ariel Ortega.

Experiencias
Precisamente, junto a Orte-ga en la composición, Irene está trabajando en la elaboración de su primer disco, que tendrá seis piezas inéditas en digital.

“Todo esto es muy sorprendente para nosotros, ver que a su corta edad está siendo reconocida. Mi esposa y yo la apoyamos en todo, a pesar de que en un principio teníamos cierto temor de exponerla al público, pero llegó el momento en que nos dimos cuenta de que su talento tenía que mostrarse”, cuenta Julio César.

“Todo es una experiencia nueva y la estamos disfrutando, lo que venga sabemos que también lo vamos a disfrutar”, añade.

Escuchar hablar a Irene es convencerse de que su sueño siempre fue cantar. Su limpio registro vocal va de la mano de su seguridad al expresarse en palabras y gestos, lo cual es una reafirmación de que lo suyo es dominar el escenario. “Cuando canto en un concierto imagino que estoy en mi cuarto”, afirma. Y es que, según ella, su habitación es una especie de refugio y lugar secreto donde ha aprendido a desarrollar su aptitud artística y dar forma a su anhelo de ser una cantante consagrada.

“Sé que tengo mucho por recorrer para ser una profesional, pero estoy segura de que lo voy a lograr”, dice Irene con determinación.

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