Con gran despliegue técnico de luces y un sonido que golpeaba los cuerpos, la furia ‘gunster’ desató una fiesta roquera que empezó pasadas las 22:30, con Far from any road, el tema de la serie True detective con la que abrieron los shows de su gira por el continente.
Tras que pisaron el escenario, una gran marea de cámaras se elevó en el público. Acto seguido, las guitarras ‘endemoniadas’ de los ‘Guns’ soltaron Chinese democracy, tema con el cual se movieron por el escenario y roquearon a pesar de la altura. Sin embargo, el esfuerzo no fue gratuito, después del segundo tema Axl hizo una pausa junto a los músicos para esconderse tras bambalinas y, al parecer, recibir oxígeno.
Tras pocos segundos, sus tatuajes asomaron de nuevo para retomar su repertorio, pero bastó una canción para que nuevamente interrumpieran el espectáculo. El retorno fue glorioso, ya que al iniciar Welcome to the jungle, el público se rindió ante los músicos, que corrían por todo el escenario en el que hubo cuatro pantallas led distribuidas de la forma clásica de los conciertos de rock.
Fue una noche de chamarras de cuero y pañoletas rojas en la cabeza, y obviamente de poleras negras.
El público también coreó It's so easy y Mr. Brownstone, temas en los cuales Axl se notó afectado por la falta de oxígeno.
Sin embargo, el vocalista se entregó completo y dio hasta donde su garganta pudo a pesar de los 3.650 msnm.
Con cortas interrupciones obligatorias, el frontman no se rindió jamás, imbatible, demostrando que su talento y su ferocidad permanecen intactos, Axl siguió durante más de una hora hasta el cierre de esta edición, cuando la fiesta aún empezaba
Al detalle
El público
Desde primeras horas de la tarde los fanáticos se congregaron alrededor del Hernando Siles. Aproximadamente 17.000 personas asistieron a la cita.
Los músicos
El octeto estadounidense apareció pasadas las 22:30. Los precedió Coverheads.
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