Cargando una guitarra y con pinta de oficinista, el músico subió anoche al escenario del salón Bolivia de Sonilum, a las 22:00, acompañado de un tecladista y un guitarrista.
Hermana duda, Polvo de estrellas y Mundo abisal fueron las primeras canciones que se escucharon en un recital que duró dos horas. El ganador del Grammy Latino relató la historia de cómo escribió la canción Noctiluca y la relación que tiene con su hijo Luca, de dos años.
También se escuchó Tres mil millones latidos y una seguidilla de canciones a petición del público que el ganador del Oscar (2005) por la pieza Al otro lado del río. Zamba del olvido, Milonga paraguaya, Fusión y Horas, fueron los temas que interpretó hasta que, con una ocurrente improvisación, le pidió cantando al público que dejase de acompañarlo con las palmas porque no lograba escucharse; en cambio, le propuso hacer chasquidos. Después se despachó Inoportuna y Milonga del moro judío.
Con una discreta escenografía el espectáculo de Drexler resultó emotivo para su seguidores que sumaron alrededor de 600.
El también otorrinolaringólo tuvo que realizar tres bises, porque el público lo aclamó.
La inmersión que hizo en su Mundo abisal satisfizo a sus fieles cruceños.
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