domingo, 30 de septiembre de 2012

Beatles, el mayor coleccionista del mundo está en Buenos Aires

Como el barrio de La Boca para los hinchas o el cupesí de la Moldes y Chuquisaca para los seguidores de Real Santa Cruz; así es Liverpool -la patria chica que hoy ya no lo es tanto- para los fanáticos de Los Beatles. Hay un pedacito de Liverpool en Buenos Aires.

Y quizá nadie tan fanático como Rodolfo Vázquez, un empresario que abrió en Buenos Aires el primer museo dedicado a los ‘fabulosos cuatro’. Es el museo particular más completo del mundo. “Empecé a juntar cosas a los diez años”, cuenta. Hoy tiene 55, pero la conciencia de que podía convertirse en un coleccionista en serio le llegó cuando estaba en Nueva York, poco después del terrible 8 de diciembre de 1980, cuando el odiado e inolvidable Mark David Chapman disparó sobre John Lennon.

La firma de John. Eso fue lo que Rodolfo consiguió en Estados Unidos. Con ese trazo ininterrumpido, que une nombre y apellido, quedó unida para siempre la pasión por juntar y el método de coleccionar. Fue su primer objeto o huella de valor.

Pero también se puede mencionar a 1997 como el año en que todo empezó, al menos oficialmente. Se organizó una muestra de algunos objetos, usando como excusa la conmemoración de los 30 años de grabación de Sargent Pepper’s Lonely Hearts Club Band, octavo álbum de la banda.

Mientras tanto, continuaba añadiendo objetos: regalos que le daban allegados y amigos, contactos con otros coleccionistas, compras en tiendas. Así llegaron a su poder unos zapatos como los que usaba John; reproducciones originales de los certificados de nacimiento de Paul, John, Ringo y George. Pero todavía no había llegado el mejor momento de su vida.

Sigue la enumeración: un ladrillo que estuvo en The Cavern, el pub donde los aún anónimos integrantes fueron descubiertos; una copia en acetato de la película Yellow Submarine; cheques firmados por los cuatro; una baldosa del orfanato Strawberry Fields, que inspiró la canción del mismo título. Para ver todo eso llega gente de toda Sudamérica y Europa. Los que más visitan el lugar son brasileños. En un año llegan hasta el museo, inaugurado en 1998, hasta 30.000 personas. Está en la avenida Corrientes, en el paseo La Plaza. Ahí, Rodolfo Vázquez recreó el ambiente de The Cavern. Ahí tocan, durante la Semana Beatle, decenas de grupos.

Pero también hay teatro. Entre las piezas que se representarán este año durante la undécima Semana Beatle (25 de noviembre al 9 de diciembre) estará Diamantes en el paraíso, en el que hay diálogos de John Lennon y George Harrison en el cielo. Todo con música, por supuesto. Rodolfo ha sido premiado por esta obra en 2002. Está a punto de publicar dos libros; uno es biobibliografía de Los Beatles y otro sobre el arte de coleccionar.
Entró en el Guinnes Records como el coleccionista de Los Beatles más importante del mundo. Fue en 2003. El año pasado recibió la misma certificación, por los 8.500 objetos que hay en el museo.


Pero su premio más importante llegó el año pasado, de la mano de Ringo Starr. Uno de los músicos de la banda le dijo que Ringo quería conocer a Rodolfo. Emocionado, ingresó en el camarín del Luna Park. Los guardaespaldas le advirtieron acerca de su poca inclinación a dar la mano a toda la gente. “No le de la mano, no lo abrace. Tampoco puede sacarse fotos con él”, dijeron. Entró. Ni bien vio a Rodolfo, Ringo lo abrazó y le dio un beso. Guardaespaldas, quietos. “Mirá, me compré estos pantalones en Soho”, le contó. Le presentó a su mujer, Barbara Bach. “Un tipo macanudo”, recuerda. Ahora solo le falta conocer a Paul.


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