Una vez más, Bronco confirmó que en Bolivia cuenta con un público que desde hace décadas lo tiene entre sus favoritos. Así quedó comprobado anoche en el Teatro al Aire Libre durante el show que ofrecieron en La Paz, y durante el cual los cuatro mexicanos, provenientes del estado de Nuevo León, demostraron su gratitud hacia el país.
Acompañados por el relinchar de un caballo y el ensordecedor grito del público, la guitarra de Javier dejó escapar los primeros acordes de Que no quede huella, Lupe empezó a cantar y a mover los hombros a su estilo completando el diálogo con el teclado a cargo de su compadre Ramiro y con la batería de su hijo José Adán, que llegó en remplazo de su compadre “Choche”.
Lo que se disfrutó después fue un desfile de éxitos de diversas épocas que gente de todas las edades bailó, coreó y disfrutó en el salón América del centro de espectáculos. Tras un par de piezas, Lupe saludó a las madres, que la próxima semana festejarán su día. “El saludo va también para las mamacitas”, complementó.
Canciones como Oro, Sergio el bailador, Con zapatos de tacón, Libros tontos, Estoy a punto, Nunca voy a olvidarte, Mírenla y Amigo Bronco se complementaron con los temas de su nuevo disco: De sangre norteña.
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