Una vez más, Bronco confirmó que en Bolivia existe un público que desde hace décadas lo tiene entre sus favoritos. Así quedó comprobado anoche en Sonilum durante el show en el que los cuatro mexicanos, provenientes del estado de Nuevo León, demostraron su gratitud con el país haciendo escuchar el tema Canto a Bolivia antes de aparecer en el escenario, acompañados por el relincho de un caballo y el ensordecedor grito del público.
La guitarra de Javier hizo sonar los primeros acordes de Que no quede huella, mientras que Lupe empezaba a cantar y a mover los hombros a su estilo, completando el diálogo con el teclado de su compadre Ramiro y la batería de su hijo José Adan, que llegó en remplazo de ‘Choche’.
Lo que vino después fue un desfile de éxitos de diversas épocas que gente de todas las edades bailó, coreó y disfrutó en el salón América del centro de espectáculos. Tras un par de piezas, Lupe saludó a las madres, que la próxima semana festejarán su día. “El saludo va también para las mamacitas”, complementó.
Canciones como Oro, Sergio el bailador, Con zapatos de tacón, Libros tontos, Estoy a punto, Nunca voy a olvidarte (de Cristian Castro), Mírenla y Amigo Bronco se complementaron con los temas de su nuevo disco, De sangre norteña, que el vocalista instó al público a que lo consiga “aunque sea en versión pirata”.
“Nos gusta cumplir los sueños de las personas porque no hay nada más importante que ser feliz”, mencionó también la voz del conjunto grupero al momento de presentar a un hombre que llegó de Tarija para ver realizado su anhelo de cantar junto a sus ídolos.
Pasada la medianoche El Gigante de América dejó el escenario. En los próximos días seguirá galopando por La Paz, Cochabamba, Tarija y Sucre, festejando sus 30 años de trayectoria.
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