En un adelanto mostrado a la prensa, los reyes de la música norteña cantan desde Los Ángeles en acústico para la cadena musical estadounidense con un apasionado mensaje sobre lo que significa cruzar a Estados Unidos desde el sur del Río Bravo.
"Va a ser difícil de superar, pero habrá otras cosas que podamos hacer", dijo el bajista Hernán Hernández, uno de los pilares de esta banda que lleva cerca de cuatro décadas en la música y son leyendas de la música en español. "Necesitamos hacer unos veinte 'unpluggeds', quisiéramos estar aquí con muchos amigos", bromeó su hermano Jorge.
El grupo escogió un vistoso repertorio de entre su larga colección de canciones y se rodeó de amigos, en una noche en la que la sangre latina brilló sobre el escenario.
Con el cantante colombiano Juanes, la banda canta La jaula de oro, el drama de un migrante indocumentado que sueña con volver a México, aunque en EE.UU. tenga dinero, trabajo y familia, porque fuera de su tierra se siente prisionero.
Otro momento importante se produjo junto al vocalista de Rageagainst the machine, Zack de la Rocha, nacido estadounidense de padres mexicanos. En Somos más americanos, los Tigres y su compadre recuerdan: "Ya me gritaron mil veces que me regrese a mi tierra / porque aquí no quepo yo /quiero recordarle al gringo / yo no crucé la frontera, la frontera me cruzó". De la Rocha se señala a sí mismo cuando canta "soy latino, soy mestizo".
El punto más gamberro de la noche lo pone René Pérez Residente, de Calle 13, en América. Mientras los felinos del corrido le ponen su caldo norteño, el rapero enciende mechas hasta los corazones. "Todo lo comparto con mis hermanos / por eso soy la pesadilla del sueño americano", canta pidiendo un Puerto Rico libre.
En la grabación tomaron parte otros artistas, como Paulina Rubio, que mezcla en Golpes en el corazón la calidez norteña de los Tigres con el pop. La Chica Dorada compareció junto al grupo y se declaró encantada de la experiencia, de la que además aprendió por haberla sacado de su "zona de confort". La diva cantó tres semanas después de dar a luz.
El argentino Andrés Calamaro entra a ritmo de Tango y -al igual que hizo Bono de U2 en Miss Sarajevo para pasar del rock a la ópera- fuerza sus cuerdas vocales para transformarse con éxito en la melancólica La mesa del rincón, que le viene como anillo al dedo.
Diego Torres -que calificó a Los Tigres como los Rolling Stones latinos- aunque juega con una canción en su terreno, se camufla entre las ondas del acordeón de Jorge Hernández y canta a dúo con su hermano Hernán Mi buena suerte, destilando buen humor y esperanza. "Estamos agradecidos con todos", apuntó Hernán. De Calamaro y Pérez destacó la energía especial que les contagiaron y a Torres lo apoda El Pibe del Norte.
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