Tras 11 jornadas de jazz, el Teatro Municipal cierra el Festijazz Internacional con la actuación de Nils Wogram y Simon Nabatov (Alemania), y la Big Band de Bolivia, acompañada por Pablo Valdivia, Mimi Arakaki y Matamba.
El alemán Nils Wogram es un estudioso del trombón clásico, piano y teoría de la música. Simon Nabatov, de nacionalidad rusa-estadounidense, es un pianista dedicado a la difusión del jazz; proviene de una familia de músicos, una de las razones que lo llevó a componer cuando tenía apenas seis años. Estudió en Rusia, Estados Unidos e Italia. Actualmente radica en Alemania.
El esperado retorno de la Big Band saldrá bajo la dirección de Juan Pereira, y contará con solistas como Mimi Arakaki, una de las voces más privilegiadas de nuestro medio, y Matamba. Junto con ellos, y llegado especialmente para el cierre del festival, estará Pablo Valdivia, tras una década de ausencia.
18 artistas internacionales matizaron las presentaciones de la vigésima versión del Festijazz. Ellos también se llevaron algunas impresiones. “Me gusta mucho este festival, especialmente el hecho de que la gente aquí en La Paz disfruta mucho de este tipo de música”, aseguró Yuri Honing, de Holanda.
El homenajeado de esta entrega, Roberto Menescal, resaltó la trascendencia de este festival en el exterior. “Escuché sobre jazz en Bolivia hace tres años, cuando Diego Figuereido me habló de este evento (…) Me sorprendí, ya que hay muy buenos músicos en Bolivia”.
Así, una versión inolvidable de música que llega al alma termina hoy, con la promesa de volver el próximo año.
Juan Pereira, un icono del jazz paceño
El Director de la Big Band Bolivia regresa a los escenarios después de dos años.
—¿Cómo se presenta la Big Band en el cierre del Festijazz?
—Después de años de experiencia, estamos listos para el concierto de hoy, contaremos con la voz de Pablo Valdivia.
—¿Cuál es la participación de los jóvenes en la Big Band?
—Hay algunos jóvenes que están en el Conservatorio Nacional de Música, hay otro grupo de niños que tocaban en orquestas y bandas de la ciudad de El Alto, a estos niños los hemos ido perfeccionando con la ayuda de músicos de afuera.
—¿Cómo se difunde el jazz en Bolivia?
—La única forma de difundir el instrumento en Bolivia es en base a conciertos, me parece que el acierto que hace la Oficialía Mayor de Culturas en los conciertos dominicales es una forma de llegar a todo el público de manera directa.
—¿Quiénes son los máximos exponentes del jazz en el país?
—Lo mejor del jazz en el país, por supuesto, primero nuestra banda, la Big Band Bolivia. Después, las nuevas generaciones, como el grupo Jacket Jazz Project, de Diego Ballón; Kimza Bop, de Daniel Zegada. Yo creo que en este momento, ésos son los grupos más significativos e importantes en el desarrollo del jazz en Bolivia, porque ellos tocan todos los días del año. El festival de jazz es todo el año, no es solamente una semana.
—¿Qué es lo más destacable de ésta versión del Festijazz?
—De este Festijazz destaco varias cosas: siempre los números internacionales y el que, después de dos años que la banda estaba sin funcionar, se ha vuelto a reunir trabajando con arreglos profesionales que nos han llegado de afuera, con los cuales vamos a tocar hoy; tocaremos música de Paul Anka, Van Halen, Nirvana, Oasis, de todas estas bandas de los años 80 y 90, pero en ritmo de jazz.
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