La agrupación Antología, en diálogo con EL DIARIO, manifestó que vienen realizando investigaciones sobre la música que caracterizaba la Navidad de décadas atrás, para luego plasmar su trabajo en un texto didáctico que estará acompañado de un CD con interpretaciones cuyas partituras datan de los siglos XVII y XVIII.
Joaquin Loayza, integrante del grupo señaló que el chuntunqui es una música muy parecida a los chiriguanos que todavía se toca en algunas provincias de Sucre. Explicó que los sectores de El Chaco y Villa Serrano estuvieron influenciados por los padres Franciscanos, quienes fueron promotores al culto y al pesebre de Jesús. “Fue San Francisco de Asís el que creó el culto al pesebre en el siglo XI”, dijo.
En Sucre funcionaba lo que se llamaba “Capilla Musical de la Catedral de La Plata”, institución importante de la historia virreinal, allí en los siglos 16, 17, 18 y parte del 19 se albergaron grades compositores que fueron maestros de capilla como Juan de Araujo y otros que promovieron la música religiosa y fueron responsables de toda la creación de interpretaciones de arte popular, “esa gente no solo hacia música en la iglesia sino iban a las cantinas, etc.”, relató.
“Es así que gracias a la influencia de los músicos de la Capilla de la Catedral de La Plata en la música indígena binaria nace la música de los chuntunquis que tiene un uso específico en la fiesta de Navidad”, aclaró Loayza.
Explicó que hasta el siglo XIX esta música se la conocía con el nombre de “bailarines”, aunque había una versión especial llamada “negritos” que fue pasando de generación en generación por todo el ambiente cultural que implica el nacimiento, pesebres y otros.
“Antes y ahora en las provincias se armaba el nacimiento, luego la casa se abría para que el que quisiera al ritmo de chuntunqui adore al niño Jesús. Este ritmo se interpretó con diferentes instrumentos de viento, cuerda y otros”, afirmó.
Manifestó que al ritmo de chuntunqui varias parejas sincronizan una coreografía con el resto de las personas. “Ingresan las parejas dando unos saltos rítmicos pequeños que destacan la coreografía general pero en determinado momento las parejas muestran sus destrezas solas y luego hay una coreografía individual para los varones que está llamada a expresar las destrezas de los bailarines fundamentalmente varones porque esta termina con una voltereta en el piso”, aseveró.
Aclaró que en Sucre a la fecha existen grupos familiares que aún mantienen esta costumbre porque tienen niños históricos con más de cien años labrados en cera, marfil, madera de maguey o yeso.
EL GRUPO
El proyecto cultural denominado “Antología Mestiza de Charcas”, conformada por el trío Víctor Hugo Vaca Guzmán en el charango, Joaquín Loayza en la quena y Javier Durán en la guitarra, tiene diez años de trayectoria en la que lograron grabar dos discos el primero de forma independiente y el segundo en Discolandia.
El trío se abre espacio en la realización musical de otras expresiones culturales y en la vitalidad de la cultura universal contemporánea, no es un círculo cerrado a la posibilidad de innovación e integración de otras experiencias, similares o diferentes, sino, es un ágora donde tienen cabida todas las experiencias musicales, estéticas e instrumentales, con una sola exigencia: que sus objetivos coincidan con la búsqueda de la paz, la tolerancia y el bien común.
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