Los primeros días de agosto de cada año, en pleno verano, Wacken se convierte en la capital mundial metalera. Es cuando se lleva a cabo el Wacken Open Air (W:O:A). Las entradas se acaban rápidamente y así más de 75.000 personas acuden de todas partes del mundo para disfrutar en un inmenso espacio y una compleja organización, que involucra a todo el pueblo de 1.800 habitantes -ejemplo de tolerancia y aceptación con el rock/metal pesado y extremo-, conformado mayormente por agricultores y ganaderos que acogen, con mucha hospitalidad, a los visitantes y a más de 130 bandas.
Este tranquilo y aislado pueblo al norte de Alemania (estado de Schleswig-Holstein), a 80 kilómetros de Hamburgo, obtiene significativos ingresos económicos del W:O:A, cuya tradición se inició en 1990, con un pequeño grupo de amigos que ante la falta de eventos de este género reunió bandas locales. Los siguientes años, con vasta publicidad, internet, videos y auspiciadores, llegaron millones de metaleros deseosos de concurrir al festival, al menos una vez en su vida.
El 2011 conseguí una de las preciadas entradas y empezó mi espera de diez meses por el cartel que anunciaba un sinfín de bandas interesantes como Scorpions, Ministry, Paradise Lost, Machine Head, Moonspell, Testament, Six Feet Under y Napalm Death. Para llegar había que cruzar prácticamente toda Alemania y entonces supe que la forma más sencilla de hacerlo sería mediante el Metal Train. Así, emprendimos el viaje la medianoche del 1 de agosto rumbo a Mannheim para abordar el tren. A pesar de la hora, la estación estaba llena de metaleros ansiosos y felices por un viaje de cinco días. Cuando llegó el tren, todos gritaban a coro “¡Wackeeeeen!” y fue inevitable no compartir ese sentimiento. Para llegar a Itzahoe, quedaban ocho horas de viaje, de modo que para conservar fuerzas para lo que vendría se intentaba dormir incluso con la música permanente del coche-comedor, que funciona como disco.
En el campamento
A la llegada, los buses nos trasladaron hasta el campamento, donde ya se notaba el impacto del merchandising con puestos de la cerveza oficial del evento y al llegar a Wacken se hicieron visibles las típicas vaquitas del logo publicitario. Tras varias esperas, acreditación y caminata bajo un potente sol, acampamos en el área VIP del festival.
Documentales como Metal: A Headbanger Journey y Global Metal, ambos del antropólogo y músico canadiense Sam Dunn, dan cobertura al W:O:A por su impacto mundial. En 2007 salió Full Metal Village de la coreana Sung Hyung Cho, que además de referirse al festival reflejó su impacto sobre el pueblo. Mientras los metaleros llegan, los vecinos se acomodan como para presenciar un desfile y en su papel de anfitriones, desde abuelitos hasta los más jóvenes, apoyan con el recojo de la basura, en tanto que otros aprovechan para vender artículos relacionados con el evento. Las autoridades locales y la Policía apoyan durante todo el desarrollo del festival.
Las bandas tocan en diferentes escenarios: True Metal, Black, Party, Headbanger, W.E.T.- Stage. Hay una zona medieval, el Wackinger Village, donde se muestran batallas entre guerreros, mientras un grupo toca en el escenario; también se pueden ver películas en el Movie Field o shows de fuego con robots mecánicos en el Trash of the Titans Field. Los músicos invitados cuentan con su propia zona de camping, el Artist Village.
Una tradición muy alemana es abrir el festival con un barril de cerveza y desde 2002 la banda del departamento local de bomberos, de música tradicional, inaugura oficialmente el W:O:A en el también tradicional Biergarten, que cuenta con escenario en el Camping Main Street. El uso de manillas diferenciadas hace posible controlar el acceso a las diferentes áreas, todo bajo altas medidas de seguridad, otra característica del festival.
Ya instalada, fui a conocer el inmenso espacio y me tomó un par de horas, incluso llegué tarde al famoso Metal Market a comprar la camiseta que quería y aproveché de comer algo en el Wacken Plaza. Luego me tocó pasear por el campamento que se extendía hasta quién sabe dónde (sectores A a la Y) y ahí me enteré de que la gente llega con anticipación para quedarse toda la semana: se veían cómodos sofás como salas de casa con equipos de sonido incluidos; grupos de amigos y hasta familias enteras viajan para la cita.
Las bandas en acción
Era hora de ver algunas bandas y decidí ir a la carpa más grande del mundo, el Bullhead City Circus, que cubre los dos escenarios para el Metal Battle y donde también hay un cuadrilátero destinado a eventuales shows de wrestling; cuando acaban las bandas, se inicia el Metal karaoke.
En 2004 se introdujo el Metal Battle, con bandas finalistas seleccionadas en sus respectivos países y tras la cual la ganadora recibe endorsements, un contrato discográfico y un puesto para tocar al año siguiente. Actualmente, estos eventos se realizan en 32 países, entre ellos México, Brasil, Uruguay, China, India, Japón, Israel y varios de Europa. También se creó la Wacken Foundation para apoyar a músicos jóvenes.
Después volví a la carpa de prensa que reúne no sólo gente de los medios, sino también músicos; fue una valiosa oportunidad para hablar incluso con alguna de las leyendas metaleras. Ahí te das cuenta de lo que Wacken representa como colectividad de bandas, promotores, dueños de sellos, diseñadores, managers, prensa, etcétera. En el camping VIP también estaban las bandas del Metal Battle, otra gran oportunidad para compartir con músicos de diferentes países que buscan un espacio en ese monumental entorno.
El segundo día lamentablemente empezó una gran tormenta y presencié algo que hasta entonces no había entendido claramente, aunque lo había visto en algunos videos: gente cubierta de lodo, pues el inmenso campo se convirtió en una gigantesca piscina de fango y tener botas era de primera necesidad.
Durante los siguientes días, el clima mejoró por momentos, la gente ideaba modos para desplazarse de un escenario a otro. Me contaron que algunas zonas para acampar incluso fueron evacuadas porque se inundaron; mi prioridad era cuidar la cámara de alguna eventual caída, así que mi interés por ver varias bandas y fotografiarlas fue quedando en el olvido, había que tomar la decisión de asistir a lo que se podía y simplemente disfrutar el momento donde uno se encontraba.
El sonido de Sepultura
Así, puedo referirme a la presentación de Sepultura, cuyos integrantes tocaron acompañados del grupo francés de percusión Les Tembours du Bronx: ni duda cabe que siguen siendo un gran referente en cuanto al metal sudamericano, aunque también cabe citar al famoso Spoken Word de Henry Rollins y al memorable trío de bandas Kylesa, The Black Dahlia Murder y Darkest Hour, una muestra de la nueva e interesante ola estadounidense.
Las bandas europeas no se quedaron atrás; con un legado importante, grupos como Opeth, In Flames o Aman Amarth, cuyos shows disfruté de principio a fin, fueron un claro ejemplo sobre cómo mover a los seguidores. Otras tan controversiales, como Cradle of Filth o Dimmu Borgir (acompañadas por una orquesta) y nuevas como Graveyard o Ghost Brigade, surgidas la pasada década, mostraron gran talento al posicionarse como favoritas. Hubo otras que pese a la convocatoria no me impresionaron: fue el caso de Volbeat, que realiza covers conocidos con ritmo de metal pop.
Hubo tal cantidad de actividades paralelas que era imposible asistir a todas. La industria del metal se encuentra claramente en un gran momento, tal que a veces me pregunto si el precio del ser parte de ese mainstream no es insertarse en una nueva moda pop' Puede que sí, pero evidentemente ésa no es aún la realidad en Bolivia, tampoco la razón por la que me considero metalera hace ya muchos años. Sea como sea creo que asistir al Wacken va más allá del énfasis comercial que ha adquirido y por ello pienso volver en 2014 en su 25º aniversario. Quizás esta vez la experiencia me permita sortear de mejor manera las dificultades y pueda disfrutar mejor todo el entorno cultural que supone este evento tan singular.
Como su propio slogan lo dice: “See you in Wacken, rain or shine!”.
* Webmaster del sitio boliviano http://www.abismoblogzine.com/
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