Un Barclay Center de Brooklyn "escupiendo" fanáticos, escenarios espléndidos donde las luces de colores y el despliegue técnico de pantallas y proyecciones hicieron lo que quisieron con las emociones; y coreografías que realmente hacían soltar la mandíbula, fueron el plus del espectáculo que se vivió el domingo durante la entrega de los MTV Video Music Awards 2013. Talentosas y alocadas estrellas demostraron por qué este denominativo los sitúa en el firmamento, y aunque la estatuilla Moonman no alcanza, fue una forma simbólica para premiarlas.
Justin Timberlake fue el vencedor de la noche, quedándose con cuatro esculturas, entre ellas el del Premio Michael Jackson al video de vanguardia. Timberlake retribuyó este premio al interpretar los éxitos más destacados de su carrera y bailarlos como nadie más lo hace, y pagó extra cuando sus excompañeros de `N Sync aparecieron en el escenario, nueve años después de su última actuación, e interpretaron juntos Girlfriend y Bye, bye, bye.
Por su lado, las estrellas femeninas demostraron que no fueron a ganar premios, sino a apropiarse del show. Y gracias a esta batalla, el público vio a Lady Gaga interpretar por primera vez en vivo Applause vistiendo un diminuto biquini; a Miley Cirus toqueteándose y bailando su famosísimo twerking con la lengua afuera; y a Katy Perry enfrentarse a sus contrincantes vestida de boxeadora en un cuadrilátero.
Su esfuerzo no se tradujo en Moonmans pero alcanzaron su objetivo: la noche fue suya
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