La prensa especializada no ha logrado un consenso en este sentido, pero hay temas que figuran en todas las listas de favoritas y que hay que desempolvar para rodearse del aura Bond.
El recuento comienza con el rey Midas, Paul McCartney, quien logró una nominación al Oscar en 1973 por Live and let die, cuya letra le recuerda al agente secreto que los villanos son para atrapar y dejarlos morir.
Duran Duran presentó en 1985 A View to a Kill, la única canción de James Bond que alcanzó el número 1 en el Billboard Hot 100, la lista de canciones más populares de EEUU. Es un tema más movido de lo habitual en un filme de 007 y obtuvo una nominación a los Golden Globe.
En 1997 Sheryll Crow se impuso con Tomorrow never dies. EL trabajo se caracterizó por la sensualidad de su voz, el sonido de la guitarra y la letra, siendo nominada al Golden Globe y a los Grammys de ese año, aunque no pudo contra My Heart Will Go On de Céline Dion.
You know my name, de Chris Cornell, cuenta las aventuras de un agente que se mete en problemas en Casino Royale, combinando sonidos originales de la saga con otros en clave de rock. En la misma línea, Garbage presentó The World is not Enough en 1999, con un toque más actual en la voz de Shirley Manson.
Finalmente, Madonna dividió las opiniones con Another day to die en el 2000, hit nominado al Globo de Oro pero además a los premios Razzie como peor canción. Como fuere, la música que acompaña a Bond es inmortal y marca un hito en la carrera de cualquier artista.
‘Skyfall’
Con una voz poderosa, reconocible y emocional, la inglesa Adele retomó los sonidos clásicos, gracias al acompañamiento orquestal, y propuso una versión melancólica para promocionar la reciente entrega de James Bond.
‘Goldeneye’
En 1995, la voz de Tina Turner marcó el retorno del agente secreto, con una pieza de magnitud considerable compuesta por Bono y The Edge, que ha logrado una combinación rotunda entre interpretación, letra y arreglos.
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