“El divorcio” debe ser, sin duda, uno de los mayores éxitos de Akaena Rivero. La canción que grabó cuando era parte de la orquesta Rumba 7 fue todo un suceso en su momento. Hoy cuenta con un millón y medios de visitas en YouTube.
¿Pero qué fue de ella? La cantante boliviana, nacida en San Ignacio de Mojos, Beni, radica desde el año 2012 en Capital Federal Buenos Aires, Argentina.
“La razón para dejar mi país, mi familia que amo, mi gente, fue por salud, así de simple y complicado a la vez”, cuenta Akaena.
“Desde hace años ya venía arrastrando una enfermedad que me estaba ganando, por así decirlo. Vi muchos médicos, pasé por hospitales, internaciones de emergencia y más... ya casi me costaba trabajar, ganaba para médicos, análisis y medicinas tanto para mí como para Nicolás, mi último bebé, el menor. Pasaron muchas cosas que tardaría en contar, entre las enfermedades y el accidente de tránsito (que tuve), con el que quedé casi sin poder moverme, solo movía los brazos y la cabeza... Pero esa fue la razón principal. Mi intención no era quedarme, pero los médicos acá plantearon que si solo estaba de paso era pérdida de tiempo. Precisaba quedarme para ser estabilizada y tratada. Pasé por muchas cosas, pensé que ya no había más que hacer y muchas veces los dolores y demás me hacían desear morir. Lamentablemente en nuestro país la salud se volvió solo un negocio más. No generalizo, pero hay que admitir que faltan conocimientos, insumos, tecnología y en algunos casos vocación y empatía. Ojo que también he conocido médicos con mucha vocación y calidad humana que por el sistema se ven obligados a agachar la cabeza y mirar para otro lado o dejar el país en los casos más extremos”, lamenta la cantante, al confesar que en esas circunstancias sí le costó dejar Bolivia.
“Moralmente estaba destrozada, entré en depresión pero por mi pequeño logré salir, pues él también sufría el desarraigo”, dice.
Aunque cada año visita el país, la artista dice que extraña todo de Bolivia, más aún a su familia y sus hijos.
Cuando le preguntamos ¿qué le trae a la mente Zabach y Rumba 7?, Akaena respondió: “Huy, Zabach, un gran recuerdo y gran experiencia. Era mi segundo grupo, pues varios años anteriores grabé con la orquesta Marejada en Heriba. Zabach era familia, respeto y dar rienda suelta a la imaginación y crear. Rumba 7 fue una linda experiencia también, otra cara de la música en mi carrera. Son gratos recuerdos, parte de mi historia y mi carrera”.
En cuanto al tema al que le tiene más cariño, la ignaciana dice que “eso lo elige la gente, los seguidores, los fans, la gente que te apoya”. “Éxito para mí es llegar a alguien, lograr transmitir una emoción, una historia, que sientan la música, la canción y hagan suya la historia”, manifiesta.
La cantante dice que hoy está intentando volver a las tablas en Argentina.
“Imagínate que por poco y no vuelvo a cantar. Aún estoy luchando con tratamientos poco a poco, componiendo, también estoy como Makeup Artist Desing. No dejo de lado mis labores de casa (…) y si hay controles médicos, pues hay que ir, gracias a Dios ya no son tan seguidos. Si me llaman para maquillar, ya sea un evento o para modelos con sesión de fotos, lo hago. A veces (voy) a una invitación a algún programa de radio o Tv para una entrevista y me echo una cantadita. Un fin de semana, a veces viajo para algún evento, hacer uno o varios shows, a veces acá mismo en capital. Y si no, pues, la paso en familia. Si bien no trabajo como allá, que era la oficina, la familia, fin de semana con la música, etc., acá estoy más tranquila en ese aspecto. Estoy yendo de a poco junto a mi pareja, la música es mi pasión, mi terapia, no podría dejar la música, el canto así por así, mientras Dios me lo permita cantaré... cantaré”, enfatizó.
La artista espera estar pronto en Bolivia. “No sé si este año voy o vendrán más, pero siempre está la esperanza de cantar con y para los tuyos, en tu tierra, con tu gente. Prometo y espero volver. Siempre están en mi corazón y mis oraciones. Si Dios me da la oportunidad, de una u otra manera, siempre pondré en alto a mi país… a mi Bolivia”, dijo.
“LOS AÑOS NO PASAN EN VANO, LO BUENO ES APRENDER”
LG: EN LO PERSONAL E ÍNTIMO, ¿CÓMO TE SIENTES HOY?
A: Hoy Akaena es más vieja (sonríe), en serio, los años no pasan en vano, lo bueno es aprender, madurar, cambiar para bien si hay algo que cambiar. Hoy Akaena es menos frágil, más alerta, quizá menos confiada. Sincera, leal, empática, pero muy cautelosa. Ama con el alma, pero no se aferra.
LG: ¿QUE TANTO CAMBIASTE ESTOS AÑOS?
A: A ver, ya no soy tan flaquita, pero me gusta, muchos años intentando subir de peso, vivir. Me he vuelto muy fuerte, más de lo que yo creía. Aún tengo sueños, quizá río más y extraño demasiado.
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