Nacido en la ciudad peruana de Arequipa hace 53 años, Braulio Hito es dueño de un estilo melancólico y triste, que halló en el vals y el bolero una combinación especial y lacrimógena. Por eso, al repasar su pasado exitoso, el cantante no pierde de vista los arpegios iniciales que dio en Lima cuando fue la primera guitarra de Los Dávalos y del Cholo Berrocal, un puertorriqueño que se hizo popular en Perú gracias a su romanticismo caribeño.
En 1979 decide partir a Ecuador donde lanza el éxito Borracho. “Esa canción no me gustaba mucho (...) es sobre una decepción amorosa que tuve allá”, dijo.
Pero la melodía y la letra de esa canción pegó de inmediato, especialmente en los bares de varias ciudades de Bolivia, Perú y Ecuador. “Como mi canción sonaba en esos sitios, nació el éxito El rey de las cantinas”, recordó el artista en una conversación con La Razón, en la que aclaró que concibió esas letras inspirado en el romanticismo antes que en el deseo de consumir bebidas alcohólicas.
Para este domingo, Braulio Hito promete reponer las 30 canciones más exitosas de su carrera, entre ellas, No es mi señora, Payaso, Con tinta roja y Vagabundo, en un show de dos horas y media. El espectáculo comenzará a las 15.00 horas con la participación del Ballet Integración y una selección de boleros interpretada por Flor de María, una de las hijas del cantante peruano.
Tras esta actuación en La Paz, la gira continuará, el 14 de julio en Santa Cruz y el 20 en Cochabamba. El 4 de agosto actuará en Sucre y el 7 en Oruro, donde el artista espera reencontrarse con su público de los centros mineros de ese departamento y del norte de Potosí.
El bolerista ha compuesto la canción Mi despedida para la gira final. La letra, que expresa un sentido agradecimiento a su público boliviano, se estrenará precisamente en La Paz, adonde llegó por primera vez hace 28 años. Braulio Hito se pone nostálgico a la hora de rememorar su primera presentación en esta ciudad. “Carlos Palenque fue el primero que me entrevistó”, afirmó, y lamentó que en aquellos años el personal de la Alcaldía de La Paz le había negado, en primera instancia, los permisos de actuación. “Acudí a la Tribuna Libre y luego actué”.
Pero el recuerdo más grato que tiene de esos años tiene que ver con el recibimiento que le dieron en Desaguadero. Fue acogido con banda en las vísperas de Carnaval, se sorprendió con el ‘che hermano’ que suelen usar los paceños. “Por un momento pensé que estaba en Argentina, pero luego me di cuenta que era un ‘che’ paceño”.
Desde entonces, la vida de Hito fue exitosa pero “desordenada”, según confesó a tiempo de asegurar que desde hace varios años es parte de un grupo evangelista. “Por eso es mi despedida”.
Moriré en La Paz
Tiene un cariño por La Paz, la ciudad donde aprendió a ser bohemio y donde decidió dejar el licor. “Quiero morir en paz y que me entierren en La Paz, el día que cierre mis ojos”, afirmó el cantante que este domingo actuará por última vez, a las 15.00, en el Teatro al Aire Libre.
Accidente en Argentina
En 1997, Braulio Hito sufrió quemaduras de primer y segundo grados tras ser alcanzado por una explosión provocada por una fuga de gas luego de un concierto. Sucedió en el camerino del local Elefante, donde el cantante se había refugiado de sus seguidores, todos de origen boliviano, que le habían exigido volver a cantar. “Eran las cuatro de la mañana y la gente quería que vuelva”, dijo tras recordar los instantes previos a la explosión que pudo activarse con una colilla de un cigarrillo. Supo reponerse. Hoy usa un peluquín para esconder las secuelas de aquel accidente que pudo ser fatal.
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