El tenor español Plácido Domingo, que hoy ofreció un recital gratuito para 12.000 personas, se reencontró con el público chileno 45 años después de su primera cita, en el Teatro Municipal de Santiago y con el entonces presidente Eduardo Frei Montalva como invitado de honor.
Acompañado de la soprano puertorriqueña Ana María Martínez y de la Orquesta Sinfónica de Santiago, dirigida por el estadounidense Eugene Kohn, esta noche el cantante español cautivó a un auditorio que había conseguido la entrada por sorteo o haciendo cola durante horas con temperaturas bajo cero.
El recital, no apto para los ortodoxos del "bell canto", fue una oportunidad para el lucimiento como barítono de Plácido Domingo (Madrid 1941), con una selección de fragmentos de óperas de autores alemanes e italianos, zarzuelas, canciones populares españolas y boleros.
La función comenzó con la obertura de "Zampa", de Ferdinand Hérold, y acto seguido apareció en el escenario el tenor español, quien fue recibido con una salva de aplausos antes de que sonara la primera canción de la noche, un aria de la ópera "El País de las Sonrisas", de Franz Lehár.
Después fue el turno de la soprano Ana María Martínez, que inició su actuación con un fragmento de "La Bohéme", de Giacomo Puccini, y a continuación Plácido Domingo interpretó la wagneriana "Winterstürme", de "La Valquiria".
Fragmentos de "La Wally", de Alfredo Catalani, a cargo de Ana María Martínez, y "Andrea Chénier", de Umberto Giordano, interpretado por Plácido Domingo dieron paso nuevamente a la orquesta con la obertura de "Las Vísperas Sicilianas", de Giuseppe Verdi.
Y fue otra obra del compositor romántico italiano, "Simón Bocanegra", la que por primera vez reunió en el escenario a los dos artistas, en una aplaudida interpretación del dúo en el acto primero.
Tras el intermedio, Plácido Domingo se reencontró con su personaje de Pablo Neruda en la ópera "Il Postino, del compositor mexicano Daniel Catán, obra estrenada recientemente en Sudamérica, aunque ya se había presentado en 2010 en Los Ángeles, Viena y París.
A comienzos de este mes el tenor español ofreció en el Teatro Municipal de Santiago cinco funciones de esta versión lírica en español de la novela "Ardiente paciencia" (1985), del chileno Antonio Skármeta, que también fue llevada al cine como "Il Postino" en 1994.
El aria escogido por Plácido Domingo fue "Desnuda, desnuda", una composición que, a decir de la crítica especializada, se adapta a las actuales características vocales del artista, quien a sus 71 años acumula 3.000 representaciones y ha dado vida a más de 130 personajes operísticos.
La segunda parte del recital estuvo dedicada a operetas y zarzuelas españolas como "El Niño Judío", "Luisa Fernanda", "La Boda de Luis Alonso", "Maravilla" y "María de la O", cuya interpretación alternaron los dos cantantes.
Y después de escuchar las composiciones de autores como Pablo Luna, Federico Moreno Torroba, Gerónimo Giménez o Ernesto Lecuona fue el turno de la canción popular española con "Júrame" y "Te quiero, dijiste", de María Grever, y "Bésame mucho", de Consuelo Velázquez, que el público coreó con menos tino pero igual entusiasmo que el tenor.
La gala deparó varias sorpresas a lo largo de la noche, como ver sobre el escenario a dos Plácido Domingo (el padre y el hijo) interpretando "Perhaps Love", en una peculiar reedición del memorable dueto con John Denver, o la aparición de la soprano chilena Verónica Villarroel, para cantar "Ojos negros".
Uno de los momentos más intensos del recital fue la excepcional interpretación de Ana María González de "O mio babbino caro", el archifamoso aria de "Gianni Schicchi", de Giacomo Puccini.
A pesar de la fatiga, debido al intenso trabajo de estos últimos días en los que además de las funciones de "Il Postino" ha desarrollado actividades filantrópicas, Plácido Domingo confesó que se sentía emocionado por reencontrarse con un público tan entusiasta.
El concierto, que duró casi tres horas, concluyó con el tango de Alfredo Le Pera "El día que me quieras" y con la que tal vez sea la canción en castellano más interpretada de la historia, "Granada", del compositor mexicano Agusín Lara.
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