Cuando Romina Mazo canta nada más importa. Su voz lo hace todo. Te detiene, te eleva y te consiente hasta que no tenés mayor remedio que entregarte al dominio de su voz.
Es dueña de un registro vocal privilegiado y lo demuestra en su primer disco, Si damos amor, una placa independiente con 12 canciones, que repasan sus incursiones por distintos géneros como el hip hop, el pop, el funk, el reggaetón y las baladas pop.
“Este disco era un pendiente con mucha gente, significa mucho esfuerzo para mí. Hay mucho amor dentro de él y refleja todo lo que aprendí desde mis inicios”, explica.
La artista llegó desde su natal Argentina cuando tenía seis años, su familia instaló una churrasquería en Santa Cruz (El Gauchito) en la que los fines de semana se hacían peñas folclóricas. El local era administrado por Miguel Ángel Quintana, ex-Fronterizo, que percibió en su sobrina su facilidad para afinar.
“Cuando tenía nueve años me tenían prohibido bajar al local, pero me daba modos para escuchar a los músicos, hasta que un día mi tío me preguntó si me gustaba cantar y me pidió que interprete Zamba de mi esperanza en el escenario…”, relata Romina.
El público la ovacionó y fue así que la pequeña, hija de un argentino y una boliviana, empezó a cantar folclore.
Con el tiempo más personas se deslumbraban con su talento y no tardaron las invitaciones a la televisión, luego ganó varios festivales de canto, como el Sombrero ‘e Saó (2003).
Romina creció imitando a Whitney Houston, Mariah Carey y las latinas Rosana y Noelia. “En ese tiempo costaba muy caro conseguirse una pista, ahora uno las baja de Internet y hasta le puede hacer arreglos”, dice.
Mientras intentaba abrirse camino, colaboraba con otros artistas. “Siempre estuve rodeada de excelentes músicos”, afirma.
La artista quiere llevar un mensaje: “La vida no es fácil y la música es una terapia, quiero aprovechar el regalo que me dio Dios para entregar positivismo a la gente”.
En los próximos meses Romina viajará a México para impulsar su carrera desde el exterior y darle mayor profesionalismo a su trabajo.
Los detalles de la compositora
Disco. Si damos amor contiene temas de Matamba, Marco Antonio Vincenti y de la propia Romina Mazo.
Venta. El disco está a la venta en el Shopping Bolívar, local # 42 (planta baja), a Bs 30 e incluye un DVD con el videoclip de Mis primeros pasos.
Productores. Los profesionales que trabajaron en la placa son Icho Vincenti, Romer Durán, Marcos Uribe, Chaco, Carlos Pardo y Orlando Rivero.
Admiración. A Romina le gusta la música que hacen los ex-Sin Bandera, el argentino Noel Schajris y el mexicano Leonel García.
Deseo. Le gustaría cantar junto a Octavia y Matamba.
Proceso. Cronológicamente, la artista se dedicó desde sus inicios al folclore, las baladas, el pop latino, el rock, el hip hop, el reggaetón, a las fusiones latinas y ahora canta jazz.
Cariño. Aunque tiene doble nacionalidad, se siente boliviana.
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