El maestro Luis Alfredo Gavilano, un virtuoso de la guitarra clásica y admirador acérrimo de la obra musical del desaparecido Alfredo Domínguez, pasea su música dentro y fuera de las fronteras bolivianas.
Gavilano dio su primer concierto en Sucre la pasada semana, en la inauguración del 8º Congreso Internacional de Etnohistoria (CIE) y el 6º Congreso de la Asociación de Estudios Bolivianos (AEB). Su actuación fue impecable y magistral, sorprendió al selecto público presente.
Gavilano nació en La Paz, en 1964; inició sus estudios de guitarra a los 12 años en la Escuela Nacional del Folclore, fue alumno de Matilde Casazola.
Según comentó a CORREO DEL SUR, fue la guitarra quien lo escogió a él desde muy pequeño; su primer recuerdo en la vida es una guitarra que estaba en una esquina del cuarto de una tía, "fue un amor a primera vista", dijo.
Se considera un músico semiautodidacta porque hizo parte de sus estudios en la Escuela Nacional del Folclore. Luego continuó sus estudios solo y después siguió bajo la dirección de reconocidos maestros en Bolivia, Uruguay, Chile, Argentina y Estados Unidos, adquiriendo conocimientos de un compendio de varias escuelas. "Eso es lo que soy, para bien o para mal", dijo. Dictó cátedra de guitarra en el Conservatorio Nacional de Música y en la Universidad de Florida (Orlando, Estados Unidos), asimismo ofreció talleres en tres Universidades y una Escuela de Música en Chile. Además fue invitado para representar a Bolivia en distintos recitales en Chile, Uruguay, Argentina y Estados Unidos. Para este intérprete, la guitarra clásica, más que un género musical es una forma de tocar, es una suma de varias técnicas que permiten tocar la guitarra de forma más completa, que suene como diferentes instrumentos, timbres, matices y colores.
Actualmente pone en marcha dos metas que se trazó: transmitir los conocimientos que adquirió y aportar para que los guitarristas aprendan a tocar sin lastimarse y difundir la música latinoamericana, partiendo de la música boliviana del tupiceño, Alfredo Domínguez, hombre del pueblo, artista y compositor empírico muy talentoso e inquieto llamado "genio salvaje", que vivió en carne propia el trabajo duro, la discriminación y el exilio.
"Para mi Domínguez es el más grande guitarrista y compositor folklórico que ha tenido Bolivia, porque le dio personalidad a la guitarra boliviana. Así como Argentina tiene a Eduardo Falú, y Atahuallpa Yupanqui, Paraguay a Agustín Barrios y Brasil a Heitor Villa-Lobos, Bolivia tiene a Alfredo Domínguez", sostuvo.
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