De sus visitas a Bolivia, Susana Baca recuerda una en la que asistió a una boda en Chicaloma, Yungas, donde cantó su famosa versión de María Lando, acompañada de la gente del lugar. En otra, asistió a una entrada del Gran Poder: “me quedé sentada todo el día tarde porque no quería perderme nada”, recuerda la diva afroperuana, quien se presentará en La Paz el 27 de octubre en el Hotel BM Andino y al día siguiente en el Cine Teatro 16 de Julio.
Sonriente y cálida. Así es la cantante, quien le regaló a Página Siete una hora de su tiempo para conversar sobre sus logros, sus recuerdos y hasta sus momentos difíciles.
-¿Cuáles fueron los y las cantantes que escuchaba en sus inicios? ¿Los que influyeron sobre usted?
-Yo tomé la música desde muy niña de las fiestas familiares, donde se tenía una importante presencia de la música tradicional afroperuana. Había danza y juegos. Los más viejos interpretaban música con lo que tuvieran, usaban la mesa, el cajón de los cubiertos. Esas son mis primeras fuentes. A medida que fui creciendo algunas músicas que se oían en la radio eran muy triviales y eran muy agresivas contra la mujer. Por ello empecé a buscar la poesía para cantar algo más bello. Otro de mis referentes es el poeta Carlos Oquendo de Amat.
Pero, además, en mi país había una mujer de una gran creatividad, Chabuca Granda, a quien admiraba yo muchísimo. Ella fue muy generosa conmigo, compartió sus libros, su música, las grabaciones. En la casa de Chabuca pude escuchar los discos de Louis Armstrong, escuchar a las grandes del jazz. Ahí están los orígenes de mi canto. Ella me impulsó y me dio mucho. Fue una persona muy generosa.
-¿Cuáles serían tus puntos de encuentro y diferencias con Chabuca Granda?
-Lo único que yo le podría reclamar es por algo que ella declaró cuando estuvo en Chile, que fue algo que a mí me dolió en el alama. No fue un apoyo directo a Pinochet, pero dijo que habían logros (con él). Creo que no podía decirle eso a un dictador como Pinochet, no se si le recortaron las palabras o si tomaron una frase fuera de contexto, no sé y no pude hablar con ella sobre esto, pues al poco tiempo murió.
-Hoy es uno de los estandartes de la música afroperuana y latinomericana ¿Cómo se siente con todo este camino recorrido?
-Me siento muy comprometida y muy orgullosa porque soy un referente para jóvenes músicos. Hace un tiempo me invitaron a dar unas conferencias en Los Angeles y allí preparaba los talleres con jóvenes músicos, estaba el grupo Santa Cecilia, que es muy representativo, y todos ellos habían aprendido mi música en la escuela o me habían escuchado en sus casas. Fue mu emocionante porque no me imaginaba que era así, cuando me propusieron cantar en un evento, ellos conocían las letras y cantaban conmigo. Yo cantaba y lloraba de la emoción.
-¿Cuán difícil le fue lograr un lugar para la música afroperuana en su país?
-Lo difícil fue abrir un camino a esta música en mi país, me costó mucho, pues en nuestros países tenemos que enfrentar el hecho de que hay mucho racismo y que el arte popular no es valorado en toda su dimensión. Ese no tomar en cuenta la cultura popular es un daño que nos hacemos.
- ¿Qué recuerda su trayectoria como ministra de Cultura?
Yo acepté el cargo porque había toda la sensación de un cambio. Se veía un panorama mucho mejor que se iban a lograr cosas y además nunca los afrodescendientes habíamos llegado a un puesto de tal importancia. Pero lo que pasaba con el Ministerio de Cultura, que era un ministerio amorfo, no tenía ni siquiera un año de formado, había arrastrado todos o los defectos y virtudes del Instituto Nacional de Cultura. Y tiene muy poco presupuesto, poquísimo. (Las autoridades) no comprenden la dimensión que tiene la cultura.
-¿Qué significa para Susana Baca haber ganado el Grammy?
-Es una alegría para mi país porque la primera vez que Perú tuvo un Grammy fue por mi trabajo.
-¿Qué referentes tiene Susana Vaca de la música boliviana?
-Estuve por Chicaloma en 2004 con un proyecto de la televisión japonesa y tuvimos la oportunidad de asistir a una boda. Fue una experiencia cultural enorme. Recuerdo haberles cantado María Lando y ellos me acompañaron con sus instrumentos. De Bolivia tengo como referencia a los hermanos Junaro César y Jaime Junaro, Kjarkas y Jenny Cádenas. Además, recuerdo muchísimo la fiesta del Gran Poder. No me moví para no perderme nada. Me cautivó esa fuerza, la entrega de la gente.
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