El altar de la Republicana Catedral de Potosí se convirtió ayer viernes en la caja de resonancia de Piraí Vaca, el internacional guitarrista boliviano que rindió homenaje con sus cuerdas al decimoquinto aniversario del diario El Potosí.
Las butacas de la basílica, ahora reservada sólo para ocasiones especiales, se llenaron de gente que acudió a disfrutar del talento del maestro.
Vaca arrancó con canciones españolas, algunas escritas sólo para guitarra -como el infaltable "Capricho turco"- y prosiguió con música del valle boliviano.
En los dedos de Piraí Vaca, la guitarra cobra vida y se transforma en un ser mágico que no sólo canta sino te habla del hombre, la naturaleza... la campiña.
Alguna vez la guitarra quiso hablar y buscó hacerlo a través de las cuerdas de varios artistas. Piraí logró entenderla, sacó su voz y la tradujo para nosotros.
La noche de ayer viernes, 15 años después de aquella aventura que consistió en la recuperación de la memoria escrita de Potosí, la música inundó la catedral, tamizada en las cuerdas de Piraí, y nos recordó que somos tan humanos que necesitamos al arte para alcanzar lo divino.
A mediodía de ayer y preparando el recital del eximio artista nacional, los directores, redactores y trabajadores del periódico compartieron un alegre almuerzo, recordando el inicio del reto periodístico que hasta ahora es una verdadera realidad.
Muchos conocidos asistieron al encuentro musical con Piraí Vaca y felicitaron la labor del diario que se ha convertido en un patrimonio de los potosinos. El director de El Potosí, Marco Dipp, agradeció la presencia de la población en el recital y el haber acompañado en los sencillos actos de celebración del 15 aniversario del periódico.
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