Los espectáculos musicales del fin de semana se fueron de extremo a extremo: estaban aptos para los fanáticos del heavy metal y también para aquellos que prefieren la música orquestal. Con cualquiera de las dos opciones no hubo decepcionados. Sin embargo, en los conciertos de la banda argentina Horcas y la Orquesta Municipal de Santa Cruz, hubo ingredientes inesperados que rompieron el molde del formato original de sus shows: emotividad en la noche metalera y comedia y baile, en la de los músicos locales.
Una noche nada tenebrosa
Pese a que el concierto de la Orquesta Municipal de Santa Cruz junto con el elenco de Ditirambo se llamó Cuentos y Cuerdas Tenebrosas, más de 22 músicos y siete actores ofrecieron un gran deleite musical y un grato momento con la fusión del teatro y el baile, el sábado, a salón lleno en el teatro de la Casa de la Cultura.
Destacaron en esta temporada la impecable decoración, con una gran telaraña colgando del techo, luces que avivaron las sombras de la Viudita y del Fantasma de la Ópera, además de vistosos trajes que recrearon la época en la que vivió el Conde Drácula.
Como parte del programa se escucharon los temas Hall of the Mountain King, de Apocalyptica; Danza macabra, de Camille Saint Saës; Supremasy, de Muse; y Thriller, de Michael Jackson, esta última puso a bailar como zombis hasta al director musical, Claudio Arduz.
¿Música orquestal, teatro y danza? Este grupo siempre sabe cómo sorprender y reinventarse.
Hoy se verá por última vez Cuentos y Cuerdas Tenebrosas, a las 20:30, en la ‘Casa’.
Emotividad en los metaleros
Aproximadamente 600 personas llegaron al reducido espacio de Adiscercruz que se llenó de ‘acalorados’ amantes del rock pesado. El programa del Metal Fest arrancó pasadas las 22:00, a cargo de los bolivianos de The Bloody Company, que calentaron al público para Track. Ambos grupos tuvieron aproximadamente 30 minutos para demostrar el trabajo nacional, que no fue ajeno al público que saltó y roqueó con ellos.
Le siguieron los jovencitos de Pipoca Polémica, que dio lo mejor de sí en su tiempo, en el que incluyó su versión hecha en casa de la canción oriental Choco guatoco y también promocionó sus temas como Solo. Profecía fue el último invitado boliviano y también dejó en alto su rudeza.
Pasada la medianoche, el grupo estelar, Horcas, entró a escena y se mostró incansable, cantando ininterrumpidamente por casi dos horas. Los argentinos tuvieron un gran detalle al dedicarle el tema Vencer, al periodista y amante del rock cruceño ‘Coco’ Arduz, y los presentes acompañaron cantando y coreando el nombre del periodista que falleció la semana pasada
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