El exbeatle Paul McCartney cobró sólo una libra (1,61 euros) por cantar en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres el pasado viernes, al igual que otras estrellas como Mike Oldfield, Dizzee Rascal o Emeli Sande.
Según confirmó la organización, los principales artistas del espectáculo diseñado por Danny Boyle se habían ofrecido para actuar gratis y percibieron esa cifra simbólica para posibilitar la firma de un contrato entre las partes, como es habitual en estos casos.
Otros actores y bailarines que participaron en la ceremonia, que fue elogiada por su originalidad y sentido del humor, cobraron sus tarifas profesionales, si bien la mayoría del reparto fueron voluntarios, de los 15.000 involucrados en los Juegos.
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