Hay quienes dirán que fueron los velocistas de Jamaica, otros señalarán las medallas de Michael Phelps, algunos el oro mexicano en fútbol, pero todo parece indicar que Londres 2012 será recordada como las Olimpiadas del Rock, ya que en la inauguración como en la clausura Gran Bretaña puso como su mayor patrimonio y aporte al mundo a la música rock.
Por encima de nombres emblemáticos del imperio británico como Shakespeare, Dickens o el inexcusable Winston Churchill, el gigantesco evento (transmitido a todo el mundo) enalteció a otras figuras inglesas que poco o nada han tenido que ver con el deporte, el patriotismo e incluso con los buenos modales, pero que han demostrado ser tan influyentes como los citados, los músicos de rock.
Sin duda los Beatles son los puntales de la lista, que sonaron reiteradamente durante los actos de inicio y cierre. Meses antes ya se anunció la actuación de Paul McCartney, quien brindó un breve concierto y el más largo de la gala para deleite del mundo deportivo que coreó Hey Jude con aplomo. Por esta actuación el beatle cobró la curiosa e inédita cifra de un dólar y medio, informaron los organizadores.
Uno de los momentos más emotivos llegó cuando sonó Imagine con un coro de niños interpretando la letra en lenguaje de señas mientras malabaristas construían el rostro tridimensional de John Lennon. Tal ha sido el impacto que el disco Imagine registró una subida de ventas del 1.110% en las últimas semanas, batiendo varios récords. Lo propio ocurrió con las Spice Girls reunidas sorpresivamente para el evento y con el grupo de rock alternativo Seldom Seen Kid Up, los que, después de interpretar un par de temas, cual velocistas, incrementaron sus ventas de forma espectacular a sólo horas de clausurado el evento.
Y parece que la idea del director de cine y de las galas olímpicas Daniel Boyle fue la de citar a los fundamentales protagonistas británicos de la historia del rock, ya que junto a los Beatles se escuchó a los Rolling Stones, Led Zeppelin, David Bowie, Eric Clapton, paradójicamente los anti-sistema punks Sex Pistols, The Clash, Duran Duran, Radiohead, Coldplay, etc. Pero además se contó con la presencia en escenario de Mike Oldfield, que ejecutó su clásico Tubular Bells modificado especialmente para el show deportivo.
Y la mayor artillería se guardó para el cierre de las Olimpiadas, con las actuaciones de varias figuras históricas como Ray Davis de los Kings, el grupo Madness con su único hit Our house en un camión y con un saxofonista que se fue literalmente volando por los cielos. Luego aparecieron Pet shop boys, George Michael, Annie Lennox, Liam Gallager de Oasis, Muse y un tributo a Pink Floyd representados por el baterista Nick Mason, además del bajista de Genesis Mike Rutherford y la voz del veinteañero Ed Sheeran.
Pero los momentos más emotivos se dieron al final, cuando apareció la imagen de Freddie Mercury de la recordada actuación en el Estadio de Wembley de 1986, luego tomaron la posta los otros Queen: Brian May y Roger Taylor, que a pesar de los años y las cabelleras totalmente blancas demostraron que su rock sigue firme en el maratón más largo de la historia. Entonces volvió a sonar We will rock you como un himno inmortal de toda presencia multitudinaria. Por cierto, entre las estadísticas de las Olimpiadas está precisamente este tema que fue emitido 505.998 veces en las dos semanas. El entusiasmo ha sido tal con Queen que los integrantes han cedido los derechos de la canción Dont stop me now para homenajear al equipo británico con un coro de atletas que incluirá al astro británico del fútbol David Beckham.
Y volviendo a la clausura, en vez que los acordes finales sean los del tributo a la monarquía británica, más bien fueron los del grito rebelde que los Who lanzaron a mediados de los 60. Los sobrevivientes del cuarteto, Roger Daltrey y Pete Townshed, cerraron la gala con su himno del rock My Generation, ese que dice “La gente trata de menospreciarnos simplemente porque vamos donde queremos”.
Cabe aclarar que la presencia de Who fue largamente negociada, ya que dos veces rechazaron la invitación, así como David Bowie, Elton John y Kate Bush, que prefirieron ver el evento en casa, a pesar del poderoso jalón publicitario que implicaba estar presente en la clausura.
Precisamente, debido al impacto de la combinación musical de las XXX Olimpiadas de Londres esta semana ha salido a la venta el disco doble A Symphony of British Music, que no trae ninguna sinfonía de Edward Elgar, sino las canciones que se oyeron en la gala olímpica.
Quizá porque intuían que sus medallas deportivas no llegarían a más de 65 (frente a las 104 de Estados Unidos) o porque son conscientes de su verdadera riqueza, Gran Bretaña apostó a la música y demostró que si podía asegurar un sitial incuestionable e imbatible, era el de la música rock.
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