La música experimental de cinco bandas cambiará el concepto de armonía en el público paceño.
El Rey de La Paz, ruido en vivo es un concierto de música experimental que se realizará el viernes 29 de junio, a las 22.00. La estridencia hará gala de su poder sonoro en la multitud, para arrebatar los oídos con melodías impredecibles y extrañas. Un conjunto de músicos experimentales destapará los oídos con un acto que destaca la pureza del sonido, por encima de lo melódico y comercial. El pub Subterránea, ubicado en el pasaje General Gonzales 295, entre Illampu y Almirante Grau (San Pedro), acogerá a Gato Diablo, Huancasoledad, Pollo Tóxico, Espiral y Media Barba, para hacerlos parte de un ritual con su público.
CONTRA LA ARMONÍA. “No habrán canciones, ni ritmos bonitos. Todos los actos harán música improvisada y experimental”, detalla Mauricio Calasich, vocalista de la banda Gato Diablo. El músico agrega que este festival está orientado a una exposición libre, donde la improvisación abrirá cancha al azar y destruirá la armonía convencional.
Sonidos. Jorge Zamora, integrante de Media Barba junto con Andre de Oliveira, descubre que esta fiesta “es un homenaje al sonido, una apertura auditiva para el público, que trasciende lo melódico ideológico”. El artista describe, “hacemos música electroacústica, con notas pedales. Tienen bastantes cambios, y eso nos da una sensación de espacialidad”. Huancasoledad, cuyos integrantes son Juan Carlos Gómez y Guelly Morodó, hace música que no se repite. “Nos gusta desarticular, no tocar lo que ya sabemos”. Juan Manuel Avilés de Espiral, explica, “utilizo consolas de videojuegos obsoletos. También trabajo con juguetes obsoletos y creo bases de bajo, guitarra y batería”. Otro de los músicos presentes en la noche será Pollo Tóxico, un artista que se basta de las mismas herramientas de las otras bandas no predecibles, para transmitir música.
5 bandas cambiarán la apreciación musical del público, en un concierto.
Ruido del azar. Cada banda tiene una manera distinta de expresarlo. Gato Diablo utiliza el pop, aparentemente dulce, para fundirlo con acordes desgarradores. Media Barba se basa en la electroacústica irrepetible de sonidos que generan una atmósfera espacial. Espiral recicla los videojuegos y los juguetes y les da una utilidad sonora. Pollo tóxico, por su parte, reinventa el sonido.
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