Matamba, lleno de entusiasmo exclama: “¡Hasta el Grammy no paramos!”. Provoca ese ánimo su próxima presentación en el Segundo Festival Sudamericano de Reggae, el 21 de abril en Buenos Aires, pero además, una gira por ciudades argentinas que emprenderá inmediatamente después, con la misión de abrir los conciertos del grupo chileno Godwana.
“Estoy feliz, los frutos se están dando, en el festival actuaremos con las bandas más renombradas de Sudamérica. Mi música creció”, afirma el cantautor nacional de reggae.
En el encuentro musical, Matamba compartirá escena con Armandinho, Dread Mar I, Godwana, Marulata y Kara N’Daya, en el estadio Malvinas Argentinas.
Para el 25 de marzo está prevista la primera fecha con Godwana, de una gira que durará un mes, confirma Matamba; y las tres primeras ciudades en recibirlos serán Rosario, Córdoba y Salta.
El artista irá en representación boliviana con su banda de nueve músicos con los que trabaja desde hace dos años: Cristian Paredes en la batería, Mauricio Rodríguez en el bajo, Ricky Roots y Natty Solórzano en las guitarras; el primer teclado está a cargo de ‘Lucho’ García y en el segundo, Iván Quiroz; Alan Pinto en la trompeta y Luis Meneses en el saxo. Matamba, la voz.
Durante su estadía en Argentina confirmará si Sony Music o su sello Pop Art Discos (Aterciopelados, Andrés Calamaro, Cafres) se harán cargo de distribuir su nuevo disco Buenas nuevas, grabado en el estudio Jah’s Record de La Paz, cuya presentación está pendiente a la espera de las mejores condiciones.
Esa relación con la discográfica también podría derivar en una nueva gira, esta vez con Cafres. Los planes son muchos. “Estoy motivado. Es algo que anhelaba. Es la respuesta a mucha oración y trabajo. Ya somos parte de las principales carteleras. Antes había que hacer cumbia, pop o folclore para salir del país. Nosotros lo logramos con música alternativa. En Bolivia somos número uno en radios. La gente nos espera”, acota.
Sobre Buenas nuevas adelantó que tendrá 16 temas con su sonido estilo dread, toque hard core, soul setentero y matices de jazz con reggae. “Hay canciones para enamorar. El estilo dread ha tocado el corazón de gente de varios países. Es un ‘discazo’ que explora conciencias”, remata.
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