La intención del grupo es ofrecer una obra navideña fuera de lo común, tratando de dar una nueva opción en estas épocas, pues, según Estrada, “generalmente lo que vemos es ballet que presenta fragmentos de Cascanueces, luego la Misa Criolla y la Tradición Navideña de la Sinfónica”. El director considera que Klaus es algo nuevo, pero con el estilo rockero que caracteriza las propuestas de Ad Libitum, que también montó y representó El Rockquiem de Mozart y La última noche de Beethoven.
Klaus es una ópera-rock en dos actos, “escrita para toda la familia, especialmente para los niños”, aclara Estrada. Trata sobre Santa Klaus cuando todavía es un niño y no se ha convertido en la figura icónica de la navidad occidental, “Santa Klaus”.
La obra comienza ambientada en una noche fría, tranquila, en la que Klaus (interpretado por Aldair Pérez) está haciendo algunos juguetes por su propia cuenta, cuando lo visitan seres mágicos, uno de ellos llamado Twist (personificado por Gustavo Ardaya), que a lo largo de toda la obra le va enseñando qué es la Navidad, quién fue Jesús y de qué va a tratar la celebración en el futuro.
También están los jugueteros, que son como duendes, interpretados por los miembros del coro y el ballet. “Ellos, entre cantar y actuar, también bailan, que es algo que no se ve en estos días, porque generalmente el coro está en un costado con micrófonos y no interactúan con la obra”, dice Estrada.
Son necesarios también otros solistas, como la que interpreta a la mamá de Klaus (Susana Renjel) y el que hace de Dr. Incredulus (Jan Móravek), que no cree en la Navidad y al que Klaus enseña el sentido de la celebración.
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