La olla la destapó esta semana el manager de Metallica y Red Hot Chili Peppers, Cliff Burnstein, quien anunció en el “Wall Street Journal” sus intenciones de repetir en 2012 el tour europeo de la legendaria banda de metal (que ya giró allí este año) para aprovechar de cobrar antes de que se derrumbe el euro.
Metallica planeaba tocar durante el próximo año su disco homónimo de 1991 (conocido como “The Black Album”) en Estados Unidos, pero la coyuntura económica empujó al grupo a cambiar de idea. “En los próximos años, el dólar estará fuerte y el euro más débil. Y si eso ocurre, quiero aprovechar de tocar más de estos shows europeos ahora que pueden ser más ventajosos para nosotros”, dijo.
Esta es una realidad general que golpeará a todos los mercados de los conciertos, incluido Latinoamérica. Según el “Wall Street Journal”, las principales agencias de booking ya están mirando a Asia y Sudamérica como principales destinos hacia fines de 2012, como una manera de refugiar sus ganancias en las monedas emergentes, lo que es una gran noticia para la región.
Los Chili Peppers, de hecho, ya dieron muestra de ello girando por Sudamérica este año y adelantando una gira europea para 2012, pese a que en Estados Unidos hace rato que los esperan. Respecto a eso, Burnstein explicó que el 75% de las ganancias del grupo vienen de las presentaciones en vivo y que los costos de alojamiento, transporte, arriendo de equipos y otros se están haciendo cada vez mayores en Estados Unidos y Europa y más baratos en Latinoamérica, Asia y Australia. De hecho, según cuenta Burnstein, Flea hace rato que quiere tocar en África, pero los planes financieros lo han impedido.
“Un dólar débil es lo mejor para el rocanrol estadounidense”, dice Bill Zysblat, socio de RZO Productions, firma que trabaja con The Police y Rolling Stones.
Claro, porque el asunto también está golpeando a las bandas británicas que ven cómo se transforman en shows cada vez más caros para el público. Anthony Adis, manager de Muse, reconoce el problema. Principalmente porque la banda no quiere que le paguen en dólares y ahora tampoco en Euros. Por ello, la competencia por cerrar shows en mercados emergentes -mayormente de bandas norteamericanas- será descarnada, dice el “Wall Street Journal”.
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