El escenario del Félix Capriles vibró anoche con el canta-autor mexicano, Marco Antonio Solís. Durante dos horas y media, más de 21 mil espectadores bailaron y suspiraron ante la interpretación de 20 temas musicales, nueve de los cuales estuvieron acompañadas por la Orquesta Filarmónica de Cochabamba, que según el organizador del espectáculo, Rodrigo Udaeta, impresionaron al solista por su capacidad y desenvolvimiento.
Al promediar las 21:30 el ex "Buki" ingresó al escenario vestido de blanco y se dirigió al público con un "gracias Cochabamba, por esta hermosa oportunidad; gracias a ustedes y a Dios que nos permite este momento, este presente de la vida".
Rememoró también una anterior visita a Cochabamba el año 85 cuando llegó como parte del grupo musical "Los Bukis".
El espectáculo que logró colmar las expectativas del público valluno se destacó por la impecable organización, por su puntualidad y por la energía que el artista logró contagiar a su público. El cuerpo de baile iluminó el escenario con la belleza de los cinco danzarines que con su vestuario vistoso y con la escenificación de su elegante coreografía incitaron al público a bailar.
Según Udaeta, previamente al concierto hubo cuatro ensayos a los cuales el artista no asistió; sin embargo, los productores de éste requirieron añadir 19 amplificadores más. "El espectáculo en cuanto se refiere a iluminación y sonido ha exigido mucho más que otros artistas como Daddy Yankee e incluso Juan Luis Guerra", explicó el organizador.
Durante las presentaciones de las canciones, Solís evocó continuamente al amor, al romanticismo, a la necesidad que existe hoy en día de la comunicación y tolerancia de las parejas, pero por sobre todo hizo presente en cada una de sus intervenciones a Dios.
El estadio Félix Capriles fue resguardado por cerca de 280 efectivos de la Policía y más de 300 voluntarios del SAR de la Fuerza Aérea (FAB), además de contar con un staff de producción de alrededor de 120 personas.
Al promediar las 21:30 el ex "Buki" ingresó al escenario vestido de blanco y se dirigió al público con un "gracias Cochabamba, por esta hermosa oportunidad; gracias a ustedes y a Dios que nos permite este momento, este presente de la vida".
Rememoró también una anterior visita a Cochabamba el año 85 cuando llegó como parte del grupo musical "Los Bukis".
El espectáculo que logró colmar las expectativas del público valluno se destacó por la impecable organización, por su puntualidad y por la energía que el artista logró contagiar a su público. El cuerpo de baile iluminó el escenario con la belleza de los cinco danzarines que con su vestuario vistoso y con la escenificación de su elegante coreografía incitaron al público a bailar.
Según Udaeta, previamente al concierto hubo cuatro ensayos a los cuales el artista no asistió; sin embargo, los productores de éste requirieron añadir 19 amplificadores más. "El espectáculo en cuanto se refiere a iluminación y sonido ha exigido mucho más que otros artistas como Daddy Yankee e incluso Juan Luis Guerra", explicó el organizador.
Durante las presentaciones de las canciones, Solís evocó continuamente al amor, al romanticismo, a la necesidad que existe hoy en día de la comunicación y tolerancia de las parejas, pero por sobre todo hizo presente en cada una de sus intervenciones a Dios.
El estadio Félix Capriles fue resguardado por cerca de 280 efectivos de la Policía y más de 300 voluntarios del SAR de la Fuerza Aérea (FAB), además de contar con un staff de producción de alrededor de 120 personas.
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