jueves, 19 de julio de 2012

The Cure brilla en festival Optimus Alive

La música sombría, oscura e incluso por momentos lúgubre de The Cure brilló en la noche lisboeta durante la segunda jornada del festival Optimus Alive, en la que la banda se erigió como gran protagonista tras casi tres horas de concierto.

El impecable sonido y la inconfundible voz de Robert Smith bastaron al cuarteto británico para encandilar a la mayor parte de los 50.000 espectadores que se congregaron en Algés, en las inmediaciones de la capital lusa, para ver su actuación en directo.

The Cure, aunque sin el ánimo y la fuerza de antaño, conmueve y encandila igualmente a jóvenes que ni siquiera habían nacido cuando comenzó su andadura con su "Killing an Arab", en 1979.

La inconfundible estética de The Cure perdura, y el rostro de su vocalista no deja olvidarlo. Con la cara pálida, los ojos pintados de negro y el cabello cuidadosamente despeinado, Smith recordó por qué es considerado como uno de los símbolos del moderno movimiento "emo".

Con un inconfundible estilo -que parece haber inspirado al utilizado por el cineasta Tim Burton en varias de sus películas-, el cantante de The Cure volvió a exhibir una voz prodigiosa, impoluta pese a tocar más de una treintena de temas apenas dos días después de hacer lo propio en el festival BBK Live de Bilbao.

Canciones convertidas en himnos para más de una generación como "Close to you", "Friday I'm in love" o la archiconocida "Boys don't cry" marcaron los grandes momentos de su concierto, calificado por algunos de "maratón", y que arrancó con varias canciones del considerado como su mejor disco, "Disintegration", publicado en 1989.

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