martes, 17 de julio de 2012

Rata Blanca, el mejor regalo para el rock en La Paz

Uno de los mejores regalos de estas fiestas julias fue la presentación de Rata Blanca, la legendaria banda argentina que celebra los 20 años de la edición de su disco bandera: Magos, Espadas y Rosas.

La cita fue en el Teatro al Aire Libre el sábado 14 de julio. A las 21:20 Armadura, el grupo alteño telonero, calentó de forma positiva los ánimos de un público exigente en esa noche invernal. Muy interesante su propuesta de heavy metal que fusiona ritmos autóctonos bolivianos.

Pasadas las 22:00 empieza a sonar la intro Voces del mar e ingresa Rata Blanca para tocar El reino olvidado y Diario con una sombra. “¡Muy buenas noches La Paz! Un placer estar nuevamente en este lugar”, grita Adrián Barilari y la banda continúa con Aún estás en mis sueños y luego vino la 71-06 (Endorfina).

“La altura nos afecta, sí, y ahora es buen momento para pedir una disculpa a todos los medios que vinieron al hotel. Comimos algo que nos afectó y no estábamos en condiciones para atenderlos. Gracias a la municipalidad y a todos por esta mención. Es la primera vez que nos ocurre en tantos años de carrera”, explica Barilari, sobre su ausencia en la conferencia de prensa y de la declaratoria de “huéspedes ilustres de La Paz” a Rata Blanca de parte de la Alcaldía de La Paz.

El show sigue con Sólo por amarte y la guitarra de Walter Giardino, quien funda la banda en 1989, suena incluso mejor que antes. No por nada es considerado una leyenda viva de las seis cuerdas en América.

Se consume la primera media hora del concierto, cerca de 5.000 almas corean las canciones, aunque hay demasiados errores técnicos que afectan al sonido.

Luego llegan las canciones más conocidas La leyenda del hada y el mago y Mujer amante, para dar paso a El beso de la bruja, Haz tu jugada, El camino del sol y corre el rumor de que el concierto está siendo transmitido vía internet.

El clímax del concierto llega con Días duros y El camino del sol, en una versión que duró 11 minutos, al estilo de la vieja escuela rockera, donde el solo de Giardino hizo entrar al público en una especie de trance colectivo, ayudado con el fondo hipnótico de la batería.

Giardino agradece la excelente respuesta y felicita a La Paz por su 203 aniversario, para luego seguir con El Círculo de Fuego, mientras el público corea el “olé, olé, olé, Rata, Rata”. “Nos vamos a dar un pequeño lujo ,un pequeño gusto personal de una gran canción”, anuncia el vocalista y empieza a sonar el Live and let die, de Paul McCartney y el show termina con Chico callejero y Guerrero del arcoiris. Muy buen concierto familiar de dos horas, uno de los mejores regalos para el público rockero.

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