Luego de presentarse en La Paz y Cochabamba, Pablo Uriarte actúa hoy y mañana en el paraninfo universitario de Santa Cruz. El guitarrista cruceño ha elegido un programa más variado respecto al repertorio clásico que venía tocando.
¿Cómo te ha ido con la gira hasta el momento?
Muy bien, comencé en La Paz, donde por segundo año toqué en la iglesia Luterana, un lugar muy bonito. En las dos noches hubo mucho público, varios de ellos estudiantes a quienes gustó mucho el repertorio que armé, un programa bastante distinto al de otros colegas. En Cochabamba toqué en el CBA y también disfrutaron mucho de este nuevo programa, en el que me he preocupado por dejar de tocar piezas conocidas de la guitarra clásica y de la música barroca, que me caracterizó en anteriores actuaciones.
¿Por qué decidiste cambiar de propuesta?
Me di cuenta de que desde 2009 venía tocando cosas muy difíciles, que me hacían bien técnicamente, pero que no eran para nuestro público, sino para una audiencia más europea, digamos veneciana (risas).
Este nuevo programa incluye vals, tango, piezas de jazz y una bossa nova, cuatro estilos populares a base de arreglos de Roland Dyens, piezas que antes intentaba tocar pero no me salían. Ahora, para estas dos presentaciones en Santa Cruz he decidido incluir un blues (Malted milk, de Robert Johnson).
¿Y qué cosas mantenés del repertorio serio?
Composiciones de Joaquín Rodrigo y una obra de Mauro Giuliani, titulada Rossiniana, que dura 15 minutos. Es una pieza larguísima de 25 páginas original para guitarra, que la llevo tocando hace más de un año. Es una obra muy virtuosa en el sentido compositivo. El título se debe a que Giuliani utiliza seis motivos de Rossini para guitarra. Yo elegí el tercero.
Has tenido una destacada participación en el exterior...
Así es. El año pasado logré un tercer lugar en el Concurso Internacional de Guitarristas Santa María de los Buenos Aires, fui el único boliviano de 13 participantes. Ya el año pasado había ganado un primer lugar en el concurso de guitarristas de Lima (Perú); allí también toqué la Rossiniana.
Otra faceta en la que te estás destacando es en la de corredor de maratón. ¿Qué te permite esto?
El deporte debe ser obligatorio para todos los guitarristas, porque todos vivimos sentados. Además que nos permite tener resistencia. A mí me ha ayudado mucho a tocar piezas extensas sin cansarme
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