Durante seis días de octubre, Carlos Fischer compuso seis canciones furibundas, sentimentales y complejas. Con su guitarra Godin, que compró en Italia a $us 500, el músico graduado de la prestigiosa institución Berklee College of Music logró dinámicas exageradas, unísonos extravagantes, cambios de métrica y armonías avanzadas para un dúo de guitarra y piano en la intimidad de su casa. Posteriormente, estas piezas de jazz fusión se sumarían a otras cuatro que tenía guardadas y así conformar A través del alma, su segundo disco, que será presentado hoy, a las 20:00, en el Centro de la Cultura Plurinacional Santa Cruz.
Los pormenores
Fischer es uno de los músicos más representativos del jazz boliviano, y es que sus credenciales cuentan con sellos de estudio en guitarra flamenca en Sevilla (España), en guitarra de jazz en Génova (Italia), una beca en Berklee College of Music (EEUU) y una especialización en la Escuela de Música Contemporánea de Buenos Aires (Argentina).
Fue por esto que no le costó convencer al joven pianista José Sánchez para conformar un dúo. Ambos músicos se conocieron cuando coincidieron en una banda hace un año y medio, desde entonces permanecen en contacto. “Trato de rodearme de profesionales con los que tengo conexión y que sean disciplinados”, explicó Fischer, en una pausa en el ensayo de ayer.
Rítmica, melodía y armonía tienen timbres acústicos en la placa, son sonidos que están en la mente de Fischer y que fueron grabados en dos jornadas maratónicas en el Centro Simón I. Patiño con el piano Yamaha, que según los entendidos es uno de los mejores de la ciudad. El registro estuvo a cargo de So Myung Jung. Mientras que la guitarra fue plasmada en el estudio Music Center bajo la tutela de Jaime Saba. La producción del disco corrió por la cuenta del propio Fischer.
La obra
El resultado son temas como Rayo luminoso; Nacer, caminar y descubrir; Fases; Compulsión inventiva; Darbukatón; Vuelco a lo esencial; Sin juicios; Declaración de un amor ferviente y Hacia la epifanía.
A través del alma es también el título de uno de los temas del disco y describe cómo fue el desarrollo de su composición. “Fue una semana especial y hermosa, porque pude experimentar algo que deseaba desde muy niño: componer con agilidad canciones que verdaderamente me gusten, que me afecten”, sentencia Fischer, guitarra en mano
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