La música boliviana respira un nuevo aire a través del violín de Gustavo Orihuela. Acompañado de un grupo de talentosos artistas, trabajó sobre las obras de reconocidos compositores del acervo nacional para reconfigurarlas con cadencias y matices que enriquecen la experiencia auditiva.
Cuecas, bailecitos, chacareras y taquiraris entre otros ritmos de composiciones como Matilde Casazola, Willy Alfaro y César Espada pasan por las cuerdas del violín de Orihuela.
“Al volver de España de haber trabajado discos de otras músicas –siempre poniendo un poco de la llajwita boliviana en otros géneros– tenía la necesidad de trabajar en un disco de música nacional; ese llamado me vino de afuera”, comentó.
Esta nueva propuesta para trabajar sobre la música nacional tiene el apoyo de grandes músicos que acompañan el proyecto de Orihuela: Tincho Castillo (guitarra), Poche Ponce (bajo), Marcelo Murillo (percusión) y Ever Peredo (teclados).
Para la selección de canciones se optó por retomar melodías de las diferentes regiones del país, además de un par de composiciones del mismo Orihuela.
El disco se elaboró a lo largo de cinco meses el año pasado, y se presentó en septiembre.
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