viernes, 10 de mayo de 2013

“Tierra de Sangre Vital” de Piraí Vaca visitará 14 ciudades


El disco tiene canciones de Argentina, Chile, Paraguay, Cuba y Bolivia.

EL DIARIO presenta un diálogo abierto con el virtuoso de la guitarra respecto a cómo la música y la espiritualidad están juntas y pueden ayudar al ser humano como tal.

Israel Badani. Aparte del estudio, la investigación, la dedicación, el tiempo, ¿qué es lo que introduces o injertas en tu música para expresar al público?

PV. Lo vital. La música está para conmoverte y removerte. Es necesario producir música vital, compuesta de opuestos. Lo vital es lo dulce y amargo, claro y oscuro, una fuerza arrolladora y una sutileza acariciante. Es necesario para poner tu ser en vibración una dualidad extrema. Y en los conciertos debe haber algo que te acaricie y golpee, que te alegre y te entristezca.

IB. ¿Por eso Tierra de Sangre Vital?

PV. “Sangre vital” es una particularidad de todo. Por ejemplo, cuando vas a bailar estás predispuesto a escuchar Hip Hop, reggae, salsa. El ser humano es muy diverso y hay una música para cada uno de sus facetas.

IB. ¿Buscas la perfección?

PV. Mira, tengo 23 años de vida profesional y sólo cuatro discos. ¡Es una vergüenza! Y esto, obviamente, ilustra una actitud que tengo de hacer la vida, que es una actitud natural. Mi proceso es lento, pero es así. Por ejemplo, los tres anteriores discos los grabé dos veces cada uno, también el DVD. No porque yo quiera, sino porque grabo una vez y no me convence. La verdad, al ver el resultado, no sé si ha empeorado o ha mejorado.

IB. Cuántas veces grabaste “Tierra de Sangre Vital”

PV. Este disco lo grabé 5 veces, desde 2011. Dos en Alemania, que es donde residía; una en Santa Cruz; una en La Paz, y otra vez en Santa Cruz. Sumido en mi propia esfera de querer que la cosa suene como lo siento, lo que ya es divagación. Ya en la última grabación me di cuenta que llevaba tres años en esto, y me dije: “¡Oye choco! ¿Qué piensas? ¿Vas a pasar tu vida grabando este disco?” Entonces me prometí que lo iba a grabar en nueve días y una hora al día, y así lo hice. Me limité a concentrarme en mi actividad. Claro que una grabación es una hazaña técnica, musical, emocional, personal; quizá por eso me cuesta tanto, pero aun así no puede ser de otra manera.

IB. Decías que al final no sabías si habían empeorado o no tus versiones, ¿qué es, entonces, lo que ves en una grabación?

PV. En una grabación puedes ver las imperfecciones, lo que tienes que arreglar; la eficacia musical, y la utilidad o no de los ambientes, emocionales, que “colocás” (originalmente hablado, con ese acento de típico camba) en una obra. Estos tres elementos de un concierto en vivo no son tan exteriores como en una grabación, porque un concierto, que dura dos horas, deja “algo” en tu corazón y en tu mente para siempre, a diferencia de un disco, que lo puedes escuchar cientos de veces.

IB. Respecto a lo emocional, ¿qué haces antes de un concierto?

PV. Debes deshacerte de las expectativas para no liquidarte, porque cuando tienes expectativa te colocas presión sobre vos y la presión limita la creatividad. Claro que también hay decepciones, y éstas se solucionan con mucha frustración. Las frustraciones las acepto, pero aprendo a manejarla para convertirla en desarrollo y no para pegarme un tiro.

IB. Para eso, ¿utilizas la misma música?

PV. La música inexorablemente está unida a la vida personal. Lo uno impulsa a lo otro, no lo detiene. Existe una búsqueda dentro de nosotros, mientras mejor persona puedes ser, te conviertes en mejor comunicador, y cuando mejor comunicador eres, mejor persona te haces. Debes abrir el corazón a dimensiones más profundas. Empezar a soñar, a relajarse, a vivir. Por alguna razón, la música tiene el poder particular de llevarte a otra dimensión. Son atisbos de una realidad más profunda, va más allá de tus cinco sentidos. Es siempre una realidad espiritual, metafísica.

IB. Según esta conversación es evidente que eres una persona espiritual, ¿tienes alguna inclinación respecto a este abstracto?

PV. Ser espiritual no significa ser religioso. Tú, a través de tu propia experiencia llegas a vislumbrar realidades desde los cinco sentidos. Existe percepción del mundo. Por ejemplo, imaginémonos la calle más transitada de La Paz, que a esta hora parece ser ésta (Loayza y Mariscal Santa Cruz, ubicación de EL DIARIO) (se ríe). La gente te pisa, te empuja; los choferes tocan bocina, escuchas de todo, y la reacción del ser humana es “si me empuja, le empujo”, “me grita, le grito”. Se trata de simple reacción. Vivir sin conciencia. Sin embargo, esta misma escena la puedo salvar con la música: estoy oyendo lo que me gusta en mis auriculares. La música me transporta a cierto estado y entonces puedo “comprender” el dolor y el apuro del que me ha empujado y, de esta manera, no ofenderme, porque el problema lo lleva él, no yo. Cuando me grite el chofer simplemente me hago a un lado y no me le enfrento. La música tiene ese poder, de llevarte a una comprensión más profunda. Todo es un proceso. Haber vivido esa situación varias veces de “empujo o no” desemboca en una comprensión natural que ya se convierte en tu naturaleza. Si soy impulsivo, tengo claro que no debo levantar más polvo, porque eso es peor para todos, no tanto para a quien devolviste el insulto, es peor para mí, porque me desequilibro. Entonces, si bien la música te muestra el camino, también “sos” capaz de verlo un poco mejor, no sólo de mano de la música.

IB. Pero, volviendo a la pregunta anterior, ¿tienes alguna fuente especial de aprendizaje?

PV. Aprendo mucho de varias fuentes, empezando de la cosmovisión andina y terminando en Lao-Tsé, pasando por los indios de la India. Lo que me cambia es lo que comprendo por mí mismo, lo que aprendo por mi propia existencia. Que luego tenga un símil con los budistas, taoístas o de la cosmovisión andina, y que ese símil me ayude a comportarme mejor es tema de otra cosa. Todo lo que sé y que me sirve en mi vida es por mí mismo.

IB. Y si estás caminando por esta misma calle, ardiendo en bronca y sin auriculares…

PV. (Respira). Hace pocos días tuve una noticia que me contrarió muchísimo. Y cuánto tiempo esa contrariedad se queda en mí, eso ya lo decide la conciencia. Por ejemplo, a las pocas horas de la contrariedad logré comenzar a sonreír y decir: bueno, así es el mundo y lo que sucedió tenía que sucederme. Tuve que aceptarlo y continuar. Resultó tan sencillo como decirlo. Todos tenemos la elección. De tu conciencia depende qué escoger. Años atrás esta contrariedad me hubiera durado días. Cuando comprendes cómo funciona la vida te das cuenta que todo lo que sucede, sea bueno o malo, está relacionado con cosas que no has resuelto, y que se manifiesta extensamente.

La promoción de su cuarto disco y gira de conciertos “Tierra de Sangre Vital”, que comenzó el pasado jueves en la ciudad de El Alto de manera gratuita, seguirá en la ciudad de La Paz mañana 11 y el domingo 12 de mayo, en el Teatro Municipal Alberto Saavedra Pérez. También pasará por Potosí, el jueves 23 en el Teatro Cuarto Centenario (concierto gratuito); Sucre, sábado 25, Teatro Gran Mariscal. En junio: Cochabamba, sábado 1 y domingo 2, Teatro Achá; Trinidad, viernes 7, Auditorio Bicentenario / UAB (gratuito); Plan 3000, miércoles 12, Teatro Hombres Nuevos (gratuito); Cobija, sábado 15, Teatro U.E. Vaca Diez (gratuito); Villamontes, jueves 20, Teatro Municipal; Yacuiba, sábado 22, Auditorio Evo Morales; Mairana, viernes 28, Iglesia Virgen del Carmen; Samaipata, sábado 29, Iglesia de la Candelaria. En julio: Santa Cruz, viernes 12, sábado 13, domingo 14, Paraninfo Universitario; Tarija, sábado 20, Casa de la Cultura.

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