domingo, 24 de febrero de 2013

Video Así es... Lupe Esparza

José Guadalupe Esparza Jiménez tiene 58 años y es el líder de uno de los grupos más populares de América. Muchos de los éxitos de Bronco tienen su sello.

Viste un buzo que tiene en su espalda el logo de Bronco, zapatos deportivos y chulo de lana que esconde su cabeza rapada y una pequeña franja de pelo al estilo de los indios mohicanos. Ya no luce el pelo largo con el que aparece en los primeros discos y videos del grupo con los que hizo populares temas como Que no quede huella o Sergio el bailador. José Guadalupe Esparza, Lupe, es alto y con indumentaria deportiva se asemeja más a un rudo boxeador y no al líder de Bronco, uno de los grupos musicales más populares de América y que desde los años 80 ha enamorado y hace bailar a miles de personas de extremo a extremo del continente.

Pero, de esa aparente rudeza no queda huella cuando saluda de manera cordial, accede gentilmente a los requerimientos de la gente que se acerca a pedirle un autógrafo y sobre todo cuando empieza a contar su propia historia y a explicar las cosas en las que cree y lo motivan a seguir arriba del escenario.


Lupe conversó con EXTRA luego de realizar presentaciones en varias ciudades del país y de paso a Paraguay. Cuenta detalles de su vida marcada por una infancia con muchas carencias, las dificultades que él y sus compañeros de grupo tuvieron que sortear hasta conseguir el reconocimiento por su trabajo y de las cientos de composiciones que ya son clásicos de la música popular.

-¿Lleva la cuenta de todas las composiciones que ha hecho?
Nunca llevo la cuenta de mis canciones, pero a ojo de pájaro, como decimos en México, debo tener unas 350; todas grabadas. No tengo canciones guardadas. En las giras, en las que siempre los vuelos son prolongados, le gano al tiempo poniéndome a escribir. Cuando llego a casa, más tranquilo, agarro mi guitarra y si las canciones nos gustan las montamos con el grupo, las ensayamos y así vamos haciendo un disco.

- ¿Es un cazador de canciones?
No, no soy un cazador de canciones, simplemente es algo que amo hacer. No hay otra musa más importante para los compositores que la mujer y el amor en sus diferentes manifestaciones. También me da el escribir cosas para los niños, aunque reconozco que en este tiempo estamos en desventaja, porque ellos casi están esclavizados por los videojuegos. Pero eso no me desmoraliza, sino que lo sigo intentando, por eso he hecho canciones como El sheriff de chocolate, Checho Man, Los Castigados y otras que han sido éxitos dentro de la discografía de Bronco.

-¿Cuánto de sus vivencias personales hay en las más de 300 canciones que ha compuesto?
Casi todas, porque los que componemos tenemos que, de alguna manera, hablar de nuestra vida. Si no fuera así sería lo mismo que mandarte hacer una ropa. Las canciones tienen que ser cachitos de tu vida, de la película de tu vida o de la gente que ha pasado por ella. Personas que se han subido a tu tren y que se han bajado en alguna parte. Mi familia, mi entorno, el medio en el que vivo, el público… todo eso es parte de lo que yo escribo.

- ¿Cómo fue su infancia?
Fue extremadamente precaria, muy pobre. Yo soy un indígena mexicano. Nacido en el estado de Durango, la mayor parte de mi infancia la pasé sufriendo frío, hambre, miedo y muchas otras cosas, pero también esa etapa me ayudó a fortalecerme como ser humano, formarme un carácter y luchar por lo que quiero.

- ¿Ser el hijo mayor de una familia numerosa influyó en su carácter?
Sin duda alguna, influyó en que sea una persona responsable. En darme cuenta de que necesitaba sacar adelante a mi familia, porque mi papá era un campesino prácticamente analfabeto y lo que él ganaba no era suficiente para mantener a 12 hijos, de los cuales yo soy el mayor…
Yo escribí un libro que se llama Cicatrices de un corazón Bronco. Ahí hablo de mi niñez, la relación con mis padres, con mis hermanos y todo lo que viví. Ese libro lo hice con la idea de que todo lo que genere su venta sirva para ayudar a niños que necesitan algún aparato ortopédico, auditivo o médico y que no tengan recursos. Para mí es una manera de devolver algo de lo mucho que me ha dado la gente.

No es un libro como el que mis compañeros artistas acostumbran sacar y donde hablan de sus escándalos, infidelidades, predilecciones sexuales y ese tipo de cosas que hacen público. El mío es un libro motivacional, que seguramente puede ayudar a muchos jóvenes a buscar el camino… a darse cuenta de que los sueños no basta con tenerlos, sino que hay que luchar por ellos.

- ¿Cuándo fue que surgió su afición por la música?
Antonio Aguilar fue el que me inspiró a cantar, pero siempre para mí. En mi niñez lo hacía mientras cuidaba las chivas y las vacas que no eran mías, pero nunca me imaginé cantando en público. Simplemente el destino me fue llevando accidentalmente, porque los integrantes del grupo original nos conocemos desde que estábamos en la escuela. No somos un grupo en el que se escogieron muchachos guapos, con cuerpos perfectos para que canten. Nosotros somos gente común, feítos, gorditos y de diferentes colores. De ahí surgió lo de la cantada, precisamente, porque Javier, quien toca la guitarra, aprendió antes que nadie, y en la escuela nos reuníamos a cantar canciones y él acompañaba. Eran temas de Julio Iglesias y Camilo Sesto, que fueron las primeras que aprendí. De ahí me empezó a gustar la idea del sonido de la guitarra acompañándome, sentía que me acomodaba a la guitarra, pero a mí me daba mucha pena todo y no podía cantar en público, porque era demasiado tímido y acomplejado por mi físico.

Una vez en la escuela hubo un concurso de hacer una composición para las madres, le hice una a mi mamá y gané el primer lugar. De ahí empecé a escribir versos y crear canciones. Después surgió lo de llevarles serenatas a las madres en su día. Como estábamos en grupo me empecé a animar a cantar.

- ¿Qué música escuchaba en esos años?
Mi adolescencia me la pasé escuchando románticas de los Ángeles negros de Chile, Pasteles Verdes de Perú, Terrícolas de Venezuela, de alguna manera fueron mi inspiración también los de la música grupera. Jamás pensé que pudiera vivir de esto. Yo seguí en la escuela y luego trabajé en muchas cosas, como de barrendero, lavaplatos, ayudante de albañil... Así empezó la idea de formar el grupo, como jugando, y le pusimos el nombre de Bronco porque pasó un carro de carreras por la plaza donde nos reuníamos y dijimos ese será el nombre del grupo, pero no teníamos planes de hacernos famosos o de ganar mucho dinero. Era un hobbie que nos divertía, pero fuimos creciendo y nos fue atrapando y nos vimos en la necesidad de ir viviendo de esto.
Tiempo después buscamos la manera de grabar un disco, nos lo pagamos nosotros mismos y tuvo un éxito arrollador, pero nada más en nuestras casas (risas).

- Me imagino que de joven la música también le servía para conquistar chicas
Mira, voy a ser muy honesto. Yo crecí acomplejado de mi persona. Era demasiado tímido. Obviamente las chicas volteaban a vernos, pero yo simplemente agachaba la cabeza. Nunca me creí un Luis Miguel o un artista de ese tipo y me sentía menos que los otros. Conforme pasó el tiempo, vi que la gente ponía atención en lo que cantaba, pero no solo las chicas, y eso me dio confianza para plantarme en un escenario, hablar de lo que tenía que hablar y estar más seguro de lo que hacía, pero tuvo que pasar mucho tiempo para eso. No me dedicaba a conquistar chicas. Obviamente me encantan, las amo y han sido mi inspiración. Les he escrito canciones a niñas que ni siquiera sabían de mi existencia.

- Pero algunas deben saber que fueron dedicadas a ellas ¿no?
Claro, canciones como Que no quede huella, Quiéreme como te quiero se las escribí a la madre de mis hijos con la que vivo actualmente, pero con eso te digo todo. Creo que soy de los pocos artistas que estoy en mi corral, conla mujer que me apoyó y estuvo conmigo cuando nadie creía en mí. El artista que tiene cierto éxito en su vida personal vive una vida emocional constante. La mayoría, y no me dejarán mentir, están divorciados o tienen otras mujeres, familias, o tienen resquebrajados sus matrimonios o llevan tres o cuatro matrimonios.

- Entonces ¿es mentira el mito de ‘Lupe’ el conquistador y el que tiene muchas novias?
Bueno es diferente tener seguidoras a enamoradas y yo estoy muy consciente de quién soy. Hay espejos en mi casa. No soy un galán por el que las mujeres se desmayan. Me siento querido por la gente y eso lo agradezco mucho, pero no tengo la etiqueta de conquistador. Yo me dejo conquistar. No voy tras de la presa. Veo una mujer bonita desde el escenario. Me agrada y la admiro como mujer. Obviamente, si se me arrima la atiendo, si me quiere la quiero, pero no soy ese tipo de artista que dice a sus asistentes “¿ven esa muchacha? díganle que ahurita la veo” Pero sí me dejo querer. Tengo las puertas abiertas, pero siempre con mucho respeto y responsabilidad. Tal vez hoy lo entiendo mejor porque soy mayor, pero cuando tenía 18 años creía que el mundo era mío y también me equivoqué y todo eso, pero tuve la suficiente habilidad para decir este es mi camino.

- Pero no me va a negar que tiene más fanáticas que fanáticos
Lo agradezco con el alma, pero creo que la gente que me quiere lo hace por mis canciones, por mi manera de ser, pero no por mi físico.

-Con tantos éxitos ¿qué lo lleva a usted y a Bronco a seguir subiéndose a los escenarios y embarcarse en largas giras?
Mira, hay dos tipos de artistas. Están los que primero piensan en el dinero, mujeres y fama, pero cuando empiezan a darse cuenta de los sacrificios que implica esto cuelgan la toalla. Y hay los que estamos perdidamente enamorados, a ciegas, de esta profesión, y somos los que continuamos en el camino.

Nosotros podríamos estar cruzados de brazos con nuestra historia. Seguir ganando dinero sin mover un dedo, pero no, creo que necesitamos que esto continúe. Queremos que Bronco no muera nunca. No queremos ser un grupo del recuerdo. Esa es mi bandera y el concepto de lo que hago, de mi trabajo, y lo comparto con mis compañeros y mis potrillos. Disfruto estando en un escenario y que la gente lo disfrute. Esa es mi mejor paga. Yo aún no he escrito mi mejor canción, ando buscándola. Cada viaje la busco y todavía no pierdo el deseo de conquistar.



Ahora es seguro y confiado
Venció su timidez gracias a la música
No se considera un conquistador ni un galán, pero admite que es de los que se deja conquistar y querer

























Música y violencia
- El secuestro y posterior asesinato de los integrantes del grupo Kombo Colombiano en México volvió a reavivar el tema de los riesgos que corren muchos artistas al aceptar actuar en fiestas de narcotraficantes o de gente ligada al narcotráfico ¿Les ha tocado vivir esa situación?
No podría decirte que no, lo que podría decirte es que tal vez sí, pero sin saberlo. Grupos como el nuestro no es que esté expuesto, sino que es nuestro trabajo. Viene alguien a contratarte para ir a un lugar y vas. Yo creo que ningún artista, llámese José Luis Rodriguez o Luis Miguel, en alguna etapa de su carrera no ha estado libre de trabajar, sin darse cuenta, para alguna de esas personas, porque trabajo es trabajo. Creo que lo importante es no involucrarte y respetar a los que sí lo hacen, porque al fin cada uno hace de su vida lo que desea hacer. Creo que nosotros somos de los grupos más sanos y nunca hemos tenido problemas con nadie y esperamos no tenerlo. Sin embargo, del caso que me hablas nos enteramos estando aquí en Bolivia y nos sacudió, nos asustó, porque, caray, quisieras pensar que hay alguna razón por lo que pasó y no solo por el hecho de ser músicos.

- ¿Qué opinión tiene de los narcocorridos?
Los respeto. Cuando empezamos cantábamos corridos, pero convencionales. De hombres que se mataban por una mujer, de hombres que perdían una carrera de caballo y se mataban. No estaba tan involucrado el narco y nosotros no hemos tenido la necesidad de recurrir a eso, porque nuestra música es un estilo norteño, romántico y hasta infantil. Por ese lado nos funcionó. No voy a negar que si no nos hubiese funcionado tal vez le hubiésemos jalado por ese lado. Hay grupos mexicanos que han hecho su carrera interpretándo narcocorridos y merecen respeto. Cada quien hace lo que considera que le funciona.




Los herederos
- Dos de sus hijos ya tocan con usted en Bronco ¿Qué consejos les ha dado?
Yo fui el primero que me opuse a que ellos sigan esta carrera, porque conozco el camino, conozco las curvas, los pozos, los oídos sordos que no escuchan las canciones y no les interesa. Conozco programadores de radio que te dicen “¿quieres que te toque tu canción? ¿Cuánto?” Hoy en estos tiempos la cosa es así. Mis hijos conocen eso y no les he dado un solo consejo, porque ellos saben de que en este trabajo no vale ser hijo de papá. Aquí tienes que tener una disciplina y un talento. De mis tres hijos, la mujer, no canta ni en el baño y yo digo ¡bendito Dios, que bueno que no canta! Si no, sería una mortificación más para mí. (risas)

- ¿Cómo es usted en el papel de abuelo?
Hijo de la madre.. Yo lo oía de otras gentes, pero no lo creía hasta que lo viví. Creo que ser abuelo por primera vez te rejuvenece, te da un soplo de vida, de energía, aunque conozco a abuelos muy gruñones. Yo soy un tipo muy consentidor que me gustaría estar siempre con mi nieto, enseñarle a tocar la guitarra, a montar a caballo y ese tipo de cosas. Es una etapa de mi vida muy hermosa.

- ¿Cómo le gustaría que la gente lo recuerde en el futuro?
Realmente como que no me gusta pensar en esas cosas (risas) Habrá gente que se haya enamorado con alguna canción mía. Seguramente me recordarán por mi labor, por lo que hice en vida.



Un clasico
Luego de que el grupo hiciera una pausa en los 90 ha retornado para quedarse, asegura el vocalista de Bronco

Es apasionado por lo que hace
Se confiensa un enamorado de la música
Se muestra una persona reflexiva y dice que no cree en los artistas que solo buscan fama, mujeres y dinero





Adiós a un Bronco, la muerte de Choche

-En septiembre del año pasado Bronco sufre la pérdida de uno de sus integrantes más queridos, José Luis Villarreal Gutiérrez, conocido como Choche ¿Cómo fueron los últimos contactos que tuvo con él?

Estábamos preparando el nuevo disco y nuestro Choche ya tenía un año que no podía trabajar. Ya estaban mis hijos conmigo, pero nosotros le llevamos su dinero a él e hicimos la foto para el disco y se nos fue antes de que saliera, pero nosotros no quisimos quitar su foto. El gordo era uno de los broncos más queridos por su carisma y ya estamos haciendo un disco dedicado a él con puras canciones infantiles. En la carátula aparecerá y el tema principal se llama Con las botas bien puestas, que es un tema que le hice.

No es una canción triste que habla de que él tocaba la batería o de que era chistoso o gordito. La canción es a un gran amigo. Yo creo que le gustaría que lo recordemos como a una persona bonachona , simpática, con la que siempre te divertías, pero sobre todo como el gran ser humano que fue y que siempre recordamos en nuestros conciertos.





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