Por donde se lo vea, Brian Warner (alias Marilyn Manson) nació villano, por ello el título de su reciente disco Born villain no es solamente la ratificación de esa certeza, ratifica también que los malos siempre ganan.
A pesar de ser uno de los artistas más controversiales, permanentemente condenado y odiado, su carrera es próspera como pocas y su retorno no podía ser menos auspicioso: a sólo dos semanas del nuevo lanzamiento, ya es número uno en Estados Unidos, Japón, Francia, Australia, Suecia y diez países más.
Y ante cada disco nuevo siempre surge la interrogante de si los años habrán domado a la bestia, pero a sus 43 años Marilyn Manson no cede ni transa. Su comportamiento sigue inalterable en el arte de la provocación y el pasado 2011 fue nuevamente nominado por la Billboard como el “músico más polémico y aterrador de la historia“.
Y el diablo viste a la moda, o la moda se viste de Manson. El hecho es que muchos diseñadores y artistas (como la icónica Lady GaGa) reconocen el talento inspirador del cantante y su capacidad para recrear las imágenes más bizarras, grotescas y repelentes que se puedan imaginar, talento que ha plasmado en su vestuario, su maquillaje, su corte de pelo, sus portadas, su puesta en escena y -claro- en sus videos, obras maestras del terror, del grotesco y la provocación, por lo que han sido constantemente censurados, como el controversial video que protagonizó con su pareja de entonces, la actriz Evan Rachel Wood, con sexo explícito en una cama bañada de sangre.
Los videos que acompañan el nuevo lanzamiento no escapan de esta costumbre y el promocional Overneath the Path of Misery ya ha sido censurado en varios países por sus imágenes violentas.
Arranca con Marilyn rapando el cabello a dos mujeres, escena del film La montaña sagrada, de Alejandro Jodorowsky. El escritor y cineasta chileno es un amigo entrañable que ofició la boda del cantante con la modelo erótica Dita Von Teese, en 2005.
Y es que Manson es un Rey Midas de la polémica, todo aquello que toca y hace tiene ese sabor, un sabor que incluso ha convertido en bebida. Mansihte es el poderoso licor que Marilyn lanzó en 2008 y que ha sido calificado como repulsivo, no sólo por su excesivo grado alcohólico, sino porque varios expertos lo comparan con las aguas del lodo y las cloacas.
Pero habrá que probar, porque ese año en una competencia mundial de bebidas de San Francisco “el trago Manson“ se llevó la medalla de oro en la categoría de “mejor ajenjo”.
Y los pinceles también le han reportado a Marilyn Manson otra carrera próspera. Su exposición inicial, La edad dorada del grotesco -de 2002-, lo mostró como creativo y notable acuarelista, con críticas por demás alentadoras.
Fiel a su estilo, sus obras no estuvieron exentas de polémica, como la muestra Trismegistus y un escandaloso cuadro con un Cristo de tres cabezas en una antigua mesa de embalsamamiento.
Lamentablemente, la polémica constante opaca la lucidez artística de Manson y su talento peculiar para recopilar, manipular y recrear expresiones a partir de una materia prima inusual en el arte, lo desagradable. Pero, ¿cómo anda musicalmente?
Marilyn explica su octavo disco: “de alguna manera suena como lo que yo escuchaba antes de que hiciera discos –Killing Joke, Joy Division, Revolting Cocks, Bauhaus, Birthday Party-' es impulsado bastante por el ritmo. Creo que probablemente éste será el álbum conceptual más grandioso de todos”.
Pero Born Villain, el nuevo disco de Marilyn Manson, tiene poco de nuevo y mucho de lo que viene haciendo desde que irrumpió en la década de los años 90. Sonidos retorcidos, guitarras ultradistorsionadas, ritmo industrial y su característico alarido vocal.
Del mismo modo, las melodías como la estructura de los temas continúan el esquema ya conocido, con introducciones misteriosas e intrigantes que estallan luego en la demoledora instrumentación y el grito. Lo más sobresaliente viene con el despliegue tímbrico de los teclados, la guitarra y los sonidos terroríficos que visten el armazón sonoro.
Sobresale también la versión que el aterrador cantante hace de la canción You’re so vain, de la inofensiva Carly Simon, junto a un viejo amigo de los años 80 que fracasó en el rock, pero que luego se convirtió en un astro del cine: Jhonny Depp.
Los fans, la crítica, como los propios integrantes del mundillo grotesco no han dudado en calificar al octavo disco de Manson como lo mejor de los últimos años, en relación con los pobres resultados de sus dos discos anteriores. Pero Born Villain es un disco que si bien no decepciona, tampoco sorprende.
Sin embargo, el éxito está asegurado, quizá por un pacto inalterable: su oferta mientras más despiadada, más atractiva. Así le han funcionado las cosas y así ganan los malos. Y Marilyn Manson sabe eso más por viejo que por diablo.
“Ante cada disco nuevo siempre surge la interrogante de si los años habrán domado a la bestia, pero a sus 43 años Marilyn Manson no cede, ni tranza”.
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