lunes, 27 de enero de 2025

Respuesta de Manuel Monroy Chazarreta: EL CASO CRISTINA

 Link Original: https://www.facebook.com/manuel.m.chazarreta/posts/pfbid02hFDFVQ5wCnDQ5Xu4kFodmWij16MKHThxguaEX6GQG3khZeyp4BfsRBF6zmmHcYdyl 

He decidido contar la verdad respecto a este caso que esta causando tanto daño a mi persona y a mi familia.

Era marzo de 1997- hace 28 años- cuando conocí a Cristina, yo dictaba en el Conservatorio por primera vez la materia de Armonía, todo un desafío, el curso tenía unos 20 alumnos. Además, dictaba las materias de Panorama de la Música Popular (PMP) y Lectura y escritura musical (LEM), en total tenía cerca de 60 alumnos.

Luego de las clases, tomábamos cafecito con algunos de los alumnos de Armonia; en uno de esos cafés se acerca Cristina para contarme que tenía la obsesión de aprender armonía, que cantaba en un coro y que estudiaba flauta. Era una muchacha líder, decidida. Luego de las clases que eran de 3 a 5 pm, nos empezamos a quedar una hora más a tomar cafecito, a tener largas charlas sobre música, paseos por Sopocachi, nos volvimos confidentes y sin querer, se profundizo nuestra relación.

Le conté que me había separado, que vivía ahora solo, ella me contó que había tenido tres parejas, dos de ellos eran mis amigos, uno era profesor de fagot y otro un percusionista, ambos de mi edad. La tercera pareja la había dejado muy herida, un clarinetista que salió corriendo a Europa dejándola embarazada. Era una muchacha dulce, dolida de amores, decidimos emprender con la relación. 

Yo componía sin parar y tocaba todos los fines de semana. Una tarde, Cristina me presenta a su hermana mayor, era una gran cantante, escuchamos música y coincidíamos los tres con gustos musicales. Cristina me pidió que hablara con su papá, que le contara de nuestra relación, así podría visitarla en su casa. Sin dudar y en señal de franqueza agarré el teléfono y llamé a su papá. YO LO LLAMÉ. Lo invité a almorzar en un restaurante de Sopocachi. En medio del almuerzo cordial, le comuniqué que estábamos iniciando una relación sentimental con Cristina, y que ella quería que su papá lo supiera. El señor me dijo que no era posible esa relación pues Cristina tenia 16 años, que teníamos que esperar dos años más para oficializar algo. Me quedé petrificado; no sabía de su minoría de edad, por eso fui a pedir el consentimiento para la relación. Me instruyó muy serio, terminar la relación, y que si no lo hacía haría una denuncia legal. Y se fue. Cristina era una muchacha madura, con experiencia, incluso alguna vez había comentado que ya era bachiller. Fui al Conservatorio a buscar a su ex novio, el profesor de fagot, quien me confesó que había terminado la relación al enterarse de su edad. Trate de buscar al percusionista, pero no trabajaba en el Conservatorio. Entonces la llame y esa misma tarde en la Plaza Abaroa terminamos la relación que duro unos cinco meses, ella insistía en continuar, pero le conté todo lo conversado con su padre y que había prometido acabar esto; nos abrazamos, lloramos juntos, y nos despedimos muy tristes.

A los dos meses supe que Cristina había iniciado una relación con su profesor de flauta, un gran docente y amigo, cuatro años mayor que yo.

Acabó con normalidad el año lectivo, comenzó 1998 muy intenso pues volví a trabajar en Casa de la Cultura, lugar donde había trabajado los años 1992,93,94,95,96, aprendiendo el oficio de gestor cultural. Me nombraron director de Cultura, cargo que ya había tenido en 1995, conocía bien el tema.

En abril o mayo de 1998, en el Teatro Municipal de La Paz, se me acerca Cristina me da un abrazo sentido, me felicita por el programa “Encuentros” que habíamos implementado llevando música y arte a las laderas paceñas todos los domingos. Le agradecí la valoración, entonces pude ver que se iba del brazo de un señor, luego supe que era el profesor de historia del jazz , un caballero 10 años mayor que yo.

Ocho años después, en marzo de 2005, ooootra vez aparece Cristina en mi aula, había dos paralelos para escoger, pero ella escoge mi aula. Se me acerca con afecto, me dice que estaba pensando hacer su tesis en Literatura sobre mi obra cancionística, por ello precisaba hacerme una serie de entrevistas; así, empezaron las entrevistas, ella preguntaba y grababa, sabía mucho sobre mis canciones. En esas charlas informales me manifiesta que se había casado y tenía un niño. El trato de mi persona hacia ella siempre fue cordial en el marco de una relación amistosa, sin embargo, ella confundió aquello, poniendo una denuncia falsa en el conservatorio sobre insinuaciones mías. Ahí pude entender que su acercamiento se trataba de una represalia ante lo acontecido 8 años antes. La calumnia llego a las autoridades del centro académico, lesionado por la indignación, la impotencia y para evitar mayores problemas presente mi renuncia.

Nunca mas supe de ella, hasta que sacó ese post en facebook el viernes 24 de enero de 2025, con tanto odio y faltando a la verdad. ¿Por qué tanta obsesión conmigo? ¿Porque no habla de sus parejas de la época, todos hombres mayores y profesores del Conservatorio? 

Esta es toda la verdad del caso Cristina, caso muy conocido por los profesores y alumnos de la época, el perjuicio es grande para mi persona y mi familia; por eso decido escribir y decir toda la verdad sobre este caso, pese a los consejos de mis abogados. Ya es mucho el daño, por lo que anuncio las acciones legales correspondientes por haber sido perjudicado en mi trabajo artístico, en mi trabajo de gestor cultural y en mi condición de persona que sufre una persecución ilegal en las redes por tanta calumnia.

Edith Constanza

Cómo siempre quiere dinero , es una busca plata ...

Se le olvidó su honor y honra, con los demás señores ??

Se le olvidó ser dama y fue una señora de la noche simplemente.


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