domingo, 19 de marzo de 2017

La obra de Caba versión Puña



Hay unos segundos de silencio antes de que suene la primera nota en un recital; una pausa antes de recrear una escena; un momento de calma antes de que un títere cobre vida en la función, antes de que vuelen emociones y sentimientos. Así lo entiende el guitarrista boliviano Marcos Puña.

El artista orureño que ha llevado su talento a varias partes del mundo, describe a la música como un mensaje de emociones contrastantes. Es profesor superior de guitarra, graduado del Conservatorio de Montevideo, con dos posgrados realizados en el Conservatorio del Liceo de Barcelona. Como el mismo dice tuvo la “suerte” de estudiar con los uruguayos Abel Carlevaro, Eduardo Fernández y Mario Payssé, y el español Guillem Pérez-Quer. En la búsqueda de diversas técnicas optó por incursionar en la guitarra de 10 cuerdas y en la guitarra flamenca, que estudió con Manuel Granados en Barcelona.

Hoy es docente en la escuela superior de guitarra clásica del Conservatorio Plurinacional de Música (La Paz) desde 2006, donde, según cuenta, tiene a 12 “maravillosos” estudiantes.

“Depurar la técnica, ir experimentando hasta que la guitarra hable de diferentes maneras”. Con esas palabras resume el camino que un artista debe seguir y ese ha sido su andar.

En esta oportunidad, Puña ofrecerá un concierto —el 8 de marzo a las 19.00 en el auditorio Entel (calle Federico Zuazo)— en el que el público podrá “saborear diferentes estéticas, humores, estados de ánimo, que irán desde la inmensa alegría que irradia una zarzuela hasta la incontenible tristeza que evocan algunas obras griegas o algunos de los Aires Indios. También viviremos mensajes irónicos, enérgicos o con cierto enojo”.

Pero el “plato fuerte” del recital será la presentación del disco Aires Indios y Europeos, con la obra completa de los 10 Aires Indios del compositor potosino Eduardo Caba y tres Danzas españolas de Enrique Granados.

El guitarrista completó en 2016 la transcripción, de piano a guitarra, de estas 10 piezas y publicó el libro de partituras que lleva el mismo nombre, que es el número XXXI de la colección Compositores Bolivianos (textos patrocinados por la pianista María Teresa Rivera de Stahlie).

El tarijeño Fernando Arduz había transcrito el Aire 2 y el cruceño Piraí Vaca consiguió lo propio con 6 Aires Indios, pero Puña logró terminar el trabajo en base a las partituras de piano que a inicios de 2016 publicaron el musicólogo Javier Parrado y la pianista Mariana Alandia que, en 2008, encontraron cuatro piezas que completan la obra y que permanecieron ocultas durante más de 50 años.

“Lo principal de este reto era hacer funcionar los nuevos aires, porque nunca se lo había hecho. Es un trabajo que me tiene inmensamente feliz”.

Además de la presentación del disco, la noche será musicalizada con obras de diferentes países y diversas estéticas, entre ellas la Milonga oriental de Abel Carlevaro (1916-2001); música del zarzuelista Federico Moreno Torroba (1891-1982); música contemporánea con Saudade Número 3 de Roland Dyens (1955-2016), quien maneja la guitarra con efectos y distorsiones hasta hacerla sonar como si se tratase de una guitarra eléctrica; y La explosión del sol (Sunburst) del compositor francés Andrew York (1958).

“Será un concierto muy ecléctico”, adelanta el artista para invitar a oírlo, puesto que además interpretará “algo que normalmente no se hace en guitarra que es tocar a Federico Chopin, con una mazurca y un vals”.

Pero Puña no haría nada de esto sin su Pannunzio, creada por el luthier del mismo nombre. “En lo personal la tapa de cedro para mí es la que tiene la mayor calidez. Toco con este material desde hace 20 años más o menos. Mi guitarra fue elaborada por Omar Pannunzio, quien para mí es uno de los más grandes constructores de guitarras en América Latina”.

Sobre la técnica, dice que en el siglo XXI deben adoptarse tres habilidades: limpieza, pulcritud y fidelidad en el sonido. “Antiguamente se aconsejaba que un guitarrista toque a diario al menos seis horas, hoy esto es visto como algo arcaico. Hay maneras de estudiar optimizando el tiempo”.

Puña ha conseguido que la guitarra hable, transmita emociones, y eso hará este miércoles cuando, transcurridos escasos segundos de silencio, suene la primera nota.

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