“Al principio solo fue bailar...
Aunque la banda ya estaba en el escenario, los acordes tronaron por los altoparlantes causando sobresalto…
“Todos alrededor de un reloj…
Los estaban esperando y muchos creyeron que la primera en bailar sería la banda telonero, pero no…
“Pero nadie supo adivinar…
No… los barones fueron los primeros y los únicos en pisar el escenario del Coliseo Universitario…
“que sería el idioma mejor…
Eran ellos. Los Barón Rojo, estaban ahí, en un escenario a 3.800 metros sobre el nivel del mar, en el concierto a más altitud de la mítica banda española…
“Por la imagen que nos dio ¡larga vida al rock and roll!”
Y estalló el escenario. Y estalló el Coliseo Universitario. Y la música de los De Castro, y de Rafa, y de José Luis, se adueñó del domo para resonar como nunca antes lo había hecho…
“Por la imagen que nos dio ¡larga vida al rock and roll!”
Y así comenzó la fiesta porque se convirtió en tal. La gente, que se habían aglutinado en torno al escenario, comenzó a saltar y a corear la letra de la primera
canción, la que grabó su nombre en el metal duro del rock, la que convirtió a Barón Rojo en la leyenda que es hoy.
“Cuando oigo tocar Rock and Roll, yo me olvido del mundo exterior.
Siento todo y es todo mejor,
la energía me va al corazón”.
Y fue el concierto memorable, el concierto del año. Después vendrían “Anda suelto Satanás”, “Noches de rock and roll”, “Las flores del mal”, “hijos del blues”,pero la impresión que causó la canción de apertura duró hasta la siempre recordada “Hijos de Caín” que también fue coreada por el público.
Por la marcha que nos dió,
¡Larga vida, Rock and Roll!
Y fue la mejor despedida de Bolivia. Barón Rojo dejó su corazón en Potosí y partió a Chile, prosiguiendo su gira sudamericana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario