West tiene 36 años y se inició en la música como productor de artistas como Jay- Z, Alicia Keys, Janet Jackson y más...
“Mi ego es mi droga”, se ufana Kanye West. Cualquiera diría que la palabra presunción se creó por y para él. Además, le encanta. De su nuevo álbum Yeezus se ha dedicado a sí mismo la canción que grabó con Daft Punk, I am God (soy Dios): “Yo soy Dios, no hace falta más explicación”, declaró a la revista W Magazine.
El cantante de hip hop se retrata como Cristo con la corona de espinas para promocionar su producción. Su nombre en swahili significa “el único “y así se siente cuando declara: “soy la estrella viviente número uno del mundo”. Además, acaba de tener una hija con la socialité Kim Kardashian.
Irreverente sin límites
Kanye es soberbio, irreverente y grosero, pero así ha conseguido toda su fama y dinero: a punta de comentarios que dejan a todos boquiabiertos. Según los más entendidos, cada palabra que dice está calculada para ser un golpe publicitario que incrementa los ceros en su fortuna.
Lleva seis álbumes grabados y el último ha debutado en el número uno del Billboard 200 (la lista de los lanzamientos). En sus letras toca tópicos del racismo y es bastante político. Le gusta crear controversia y, si es necesario, hasta humillar, pero no se arrepiente.
En la memoria queda el incómodo momento que le hizo pasar a Taylor Swift en 2009. La cantante recibía el premio a Mejor Video Femenino en los MTV Video Music Awards. Cuando ella agradecía, Kanye le arrebató el micrófono para decir que Beyoncé se merecía el premio. “No me arrepiento”, declaró al New York Times.
West viste trajes de diseñador hechos a la medida, relojes ostentosos llenos de diamantes, lentes elegantes, zapatos bien lustrados, cabello bien cortado y una piel impecable; imagen que no comulga con la del rapero tradicional. Así le gusta ser a él, ir contracorriente. Se siente como su mascota Dropout bear (oso expulsado), un dibujo que ha insertado en varios videos y tapas de discos, que lo caracteriza y define.
Yeezus, su nuevo álbum, es “un juguete-experimento de millonario con ganas de incomodar a la industria, a sus propios colegas y a sus detractores”, se reseña en El País de Madrid.
West tiene 36 años y se inició en la música como productor de artistas como Jay- Z, Alicia Keys, Janet Jackson y más. Ganó 18 premios Grammy y vendió 30,2 millones de descargas. Quizás tiene razones para sentirse un dios, incluso vive como en un templo: su casa tiene pintada en el techo una réplica exacta del fresco que Miguel Ángel hizo para la Capilla Sixtina.
Información: El País, Rolling Stone, eurpapress.es, billboard.com, pagina12.com.ar.
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