Iluminada por focos de colores y bajo el ritmo de música religiosa con tintes de rock and roll, la catedral de Buenos Aires se convirtió ayer en un gran escenario en el que cientos de jóvenes festejaron el inicio del pontificado del papa Francisco.
Empapelando el pórtico, una gran imagen del sumo pontífice, con los brazos en alto alentaba a los fieles a disfrutar de una noche de fiesta y vigilia, que se iba a prolongar hasta altas horas de la madrugada, cuando en Ciudad del Vaticano, el cardenal Bergoglio oficia su primera misa como pontífice en Roma.
"Hemos venido a celebrar que tenemos un Papa argentino y que estamos muy contentos, todos aquí reunidos", dijo a Efe, Sofía, una joven argentina de 22 años.
Junto a Sofía, sus cuatro amigos preparan todo lo necesario para pasar la noche, como mantas, comida y el imprescindible mate, para ayudar a entrar en calor en la casi otoñal noche porteña.
A primera hora de la tarde, la emblemática Plaza de Mayo de Buenos Aires acogía ya a los primeros jóvenes convocados para pasar una noche de vigilia y oración y asistir después en directo, y a través de las pantallas gigantes a la ceremonia de entronización del nuevo pontífice.
Antes, la zona ya estaba repleta de vendedores con infinidad de objetos con la imagen del nuevo papa, impresa en: camisetas, chapas, llaveros, banderas, calendarios, tazas, tarjetas, rosarios y hasta caramelos.
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