En noviembre pasado Rossana Marín recibió la feliz noticia de que había sido elegida entre los seis finalistas de la competencia folclórica del Festival de la Canción de Viña del Mar. Desde aquel día, la joven intérprete paceña inició una maratónica preparación que incluye clases diarias de danza por la mañana, canto por la tarde y ensayos con los músicos que la acompañarán en el escenario de la Quinta Vergara por la noche.
Pese a las agotadoras jornadas de preparación, Marín dice sentirse feliz y sobre todo orgullosa de representar a Bolivia en un certamen internacional al que muchos cantantes postulan y pocos son elegidos.
Si bien su nombre aún es poco conocido en los escenarios del país, la cantautora de 24 años tiene una trayectoria artística extensa, que se inició con el Ballet Folclórico Nacional cuando apenas tenía cinco años de edad.
Marín se graduó de la Academia Boliviana de Canto, aprendió a tocar la guitarra, instrumentos de percusión y de viento, que le valieron ser parte de grupos folclóricos como Voces Morenas y Por siempre Mayas. Con esas agrupaciones y acompañando a su madre, la cantautora potosina Roxana Piza (ex integrante del grupo Bolivia) , ha grabado cuatro discos y el año pasado lanzó su primer álbum como solista (Gaviota libre).
Su madre no solo ha sido la gran motivadora de su carrera artística, sino también es la compositora del tema Embrujo de caporal con el que representará a Bolivia desde el 22 de febrero en el prestigioso festival internacional.
“El tema, en ritmo de caporal, cuenta una historia de amor juvenil que se va generando gracias a la danza”, explica Marín, que en septiembre del año pasado viajó con Piza hasta Santiago de Chile y luego a Viña del Mar para dejar su postulación. Con su madre también viajará el próximo 13 de febrero al país vecino para iniciar los ensayos con la orquesta del festival y los bailarines que realizarán las coreografías del tema en sus dos actuaciones.
En el escenario la acompañarán cuatro integrantes del grupo Jach'a Mallku: Wíndsor Chacón Bustillos (vientos), Vico Félix Choque Silva (charango), Luis Fernando Aguilar Laquis (vientos) y Erick Pérez Valdez (guitarra).
Marín confiesa que le hubiese gustado estar acompañada por todos los integrantes de Jach’a Mallku, pero las normas del certamen solo permiten la presencia de cuatro músicos de apoyo.
La artista cuenta también que son muchas personas que la están ayudando en su preparación. Cita por ejemplo a Mónica Siles, que le ha diseñado el vestuario que lucirá en sus actuaciones, y a Miguel Ángel Bueno y Carlos Illanes, que le dan las clases de canto, mientras que en las coreografías la colabora Leonardo Acosta, del Ballet Folclórico Nacional. A todos ellos y sobre todo al país es que Rossana Marín quiere regalar una destacada actuación en Viña del Mar.
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