Guísela Santa Cruz pertenece al mundo de la música popular cruceña y boliviana en el que destaca como una figura especialmente cautivadora.
La música popular, que se nutre de la rica variedad de expresiones del folclore y es permeable a las influencias de lo que nos llega de afuera, alcanza distintos matices, según quien la cultiva. Hay quienes buscan el rédito material abundante y producen lo que mejor pueda venderse, en base a lo que las masas están deseosas de consumir. Publicidad y mercadeo mediante y sin importar mucho la calidad artística de la música ni el contenido poético de las letras, llenan el mercado con productos llamativos y altisonantes que difieren poco de lo que cualquier comerciante animoso pone a nuestra disposición en los supermercados, junto a las últimas novedades en materia de moda y otras superficialidades. Pero hay quienes como Guísela, que toman las canciones, el canto, las orquestaciones y acompañamientos instrumentales, como un conjunto de elementos que tratados con creatividad, respeto y cuidado, tienen el propósito de aflorar su visión del mundo y su interacción afectiva con él.
Esta cualidad no siempre es fá-cil de apreciar, porque se mani-fiesta en sutilezas de su expresión musical. Tiene sus bases en el carácter amable y respetuoso de Guísela; en su espíritu inquieto y curioso que indaga dónde residen y de qué materia están hechos aquellos factores que, cuando escuchamos algún buen músico, encienden nuestras emociones y afirman nuestras certidumbres.
Sus propuestas no están alejadas de las que acostumbran ofrecernos nuestros intérpretes populares, pero cómo no encon-trar el romanticismo gentil del taquirari, la fuerza dolida de la chobena y la alegría franca y graciosa del carnaval cuando la escuchamos?
Guísela viene cantando desde hace ya muchos años. Ha segui-do el camino que todo cantante de sus características y avanza. Nunca la amedrentaron algunas sinuosidades sórdidas que suelen presentarse. Las enfrentó con la sencillez y la decisión propias de alguien que hace su trabajo con grandes dosis de ilusión, de alguien que tiene en su perspec-tiva una meta superior.
Guísela tiene estudios acadé-micos con una licenciatura en Ingeniería Comercial en la Universidad Domingo Savio, donde actualmente estudia también Derecho. Recibió educación musical básica en el Instituto de Bellas Artes, donde todavía sigue estudios superiores de música, canto y piano. Se trata sin dudas, de una dama que enfrenta la vida y su carrera musical con toda profesionalidad.
A medida que Guísela va madurando y construyendo en sí misma una figura sólida en el entorno musical boliviano, empieza a tener más control sobre los diferentes componentes de la producción musical. La elección de temas, el concurso de arreglistas e instrumentistas cada vez más profesionales, su presencia en escenarios prestigiosos y final-mente, la disposición de estudios de grabación de importancia internacional, hacen prever que estamos a punto de recibir de Guísela un aporte importante a la música popular boliviana.
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