Se trata de un álbum que recopila grabaciones encontradas y que presentan al ídolo de América en su intimidad, como nunca antes se escuchó. Un hallazgo en todo sentido.
Su voz, rescatada de casetes y cintas originales que Sandro grabó en su propio estudio, celebra al artista en su máxima expresión: cien por ciento Sandro, y a la vez más creativo que nunca.
El 19 de agosto de 2020, el día que Roberto Sánchez hubiera cumplido 75 años, se presentó No te vayas todavía, un adelanto de este trabajo discográfico. Una canción cuya letra y música le pertenecen y que, por algún motivo, nunca llegó a grabar para incluir en alguno de sus discos. Su letra contiene un halo casi premonitorio: “No te vayas todavía, porque aún no llega el día, quédate otro poquito, por favor…” acrecentando la mística de un artista que sigue vigente en el corazón de “sus nenas”, sus incondicionales seguidoras.
El nuevo álbum se completa ahora con diez canciones más, una de ellas inédita, “Eso que se hace de a dos” y las otras nueve en versiones hasta hoy desconocidas. Por todo ello “Tengo una historia así” es un álbum de carácter histórico.
Las once canciones fueron íntegramente grabadas por él: nueve en casetes de cromo estéreo en porta estudio, dos en cinta abierta. Todo realizado sin salir de su célebre mansión de Banfield, Provincia de Buenos Aires, Argentina. Los casetes, en su biblioteca, en el home estudio que luego le regaló a Rubén Aguilera (su productor y arreglador durante diez años). Las cintas, en “Excalibur”: la sala de grabación profesional que montó en la casa de huéspedes, en el fondo de su casa, luego transformado en “El Piano Bar”.
Este disco, como tal, nació hace dos años, cuando Jon Aguilera (hijo de Rubén y ahijado artístico de Sandro) comenzó junto a Nelson Pombal (productor de Palito Ortega, Charly García, entre otros) la clasificación, restauración y digitalización de esas grabaciones de entrecasa que Sandro le había confiado a su padre. Olga Garaventa de Sánchez, viuda del artista, autorizó inmediatamente a Sony Music a desarrollar este proceso de “rescate” para lograr, con este proyecto, un resultado apabullante.
Además de las canciones inéditas, “Eso que se hace de a dos” y “No te vayas todavía”, hay una canción que no había sido editada en Argentina: “Tú, que sabes del amor” que fue grabada con el nombre de “Es mucho más mujer” en la edición para Estados Unidos del disco “Vengo a ocupar mi lugar”.
También aparece una versión de “La vida dura”, pero cantada en italiano. Más siete reversiones de canciones que recorren y abrazan distintos momentos de su carrera artística, haciendo foco tanto en su esplendor como en la soledad de su extraordinario proceso creativo.
Casi todas son de su autoría (La vida dura, Mi lágrima número Cien, Yo te haré mujer, No te vayas todavía, Tengo una historia así, Eso que se hace de a dos, Volviendo a casa, Tú, que sabes del amor y Compañero de platea). A excepción de Hay mucha agitación (Dave Williams) y Se te nota -canción que estrenó en su legendario recital del Madison Square Garden de Nueva York-, compartida con Armil, seudónimo de su representante Oscar Anderle.
El álbum cuenta con la participación de treinta y seis artistas, entre ellos trece de sus músicos que, por lo tanto, pertenecen a la icónica historia del Gitano: Bernardo Baraj (su compañero en los tiempos de Sandro y su conjunto con los Black Combo), Rubén Aguilera, Américo Belloto, Ricardo Lew, Jorge Padín, Miguel Tallarita, José Luis Colzani, Oscar D’Auría, Mario Parmisano, Carlos Buono, Víctor Skorupski, Enrique Roizner y Jorge “el Oso” Bertinetti (amigo de Sandro y su músico desde 1982, fallecido el pasado 19 de julio).
En el focus track Eso que se hace de a dos, nos encontramos con la soberbia participación de Charly García y Pedro Aznar, cristalizando así un inesperado reencuentro a treinta años de la inolvidable grabación de “Rompan Todo”, para el disco “Tango 4” de García-Aznar editado en 1991.
El booklet de la edición física en CD de Tengo una historia así incluye fotografías que se erigen como verdaderos tesoros, nunca antes vistos, rescatados de su archivo privado, como por ejemplo los borradores de las letras de sus composiciones. Muchas de ellas exhiben la prolijidad de las hojas pasadas en limpio, y certificadas con su sello de lacre rojo y su firma (a veces Sandro, otras Roberto Sánchez).
Así es como su voz y este asombroso material guardado en su casona de Banfield se funden mágicamente con ironía, profundidad sentimental y hasta con humor: todo en este disco lleva el sello de fuego que a él lo distingue. Es asombrosa la calidad interpretativa que se escucha en los demos y las cintas rescatados, y que tras un largo camino recorrido salen a la luz en estas impecables grabaciones.
El legado de su inmenso patrimonio artístico supera cada día la enorme leyenda de Sandro de América. Y así este álbum lleva su sangre y su pasión, rindiéndole merecido tributo a su condición de artista fuera de serie.
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