PyL.- Quimbando vuelve a reunirse este 2017 para hacer la gira “Alondra”, ¿podríamos considerar que este es un regreso permanente del grupo? Según sabemos han tenido varios paréntesis. Cómo va el proceso de ensamblaje de este Quimbando.
A.D.- Creo que hay cosas que no podemos medir o controlar y una de estas es saber lo que viene. Este encuentro ha sido pensado, pero más ha sido sentido. Es así que Quimbando tal vez nunca vuelva como algo permanente, pero si como algo presente. Sólo a través de la música nos reencontramos y volvemos a sentir Quimbando y así va a ser siempre. Encontrarnos en la música, siempre será el mecanismo para ensamblarnos. Es sorprendente cómo a pesar de no estar tocando juntos mucho tiempo, no se nota, no notamos, todo se da, es cada vez más fácil y goza de simpleza y belleza.
PyL.- Cómo han sentido la recepción del público boliviano en lo que va de la gira. Qué esperan de Sucre, un lugar dónde no han tocado hace tiempo y donde tú vives hace ya un tiempo.
A.D.- Son 14 años, desde que se fundó el proyecto y vale aclarar que nunca se pasó por la cabeza del Mauri o el Chelo que esto permanecería o desaparecería, creo que de ninguno. Sentimos que hay expectativa por este encuentro, los amigos preguntan, y en Sucre se convierte en algo especial. Para mi, tiene mucha importancia lograr este concierto. Son tres años que vivo en Sucre y vengo presentando, compartiendo la música de este proyecto a nuevos amigos, imaginando el sonido en el Mariscal. Por lo tanto se vuelve un lugar especial y tocar en ese teatro aún más.
PyL.- Qué diferencia la gira “Alondra” de la gira “Encuentro Imaginario”. Qué aporta, cuál es su diferencia.
A.D.- En “Encuentro Imaginario”, el tema describe una situación deseada y esperada y a la vez describe un momento en el que se vive de recuerdos y esos te pueden destruir. La gira representa exactamente lo que habíamos deseado: seguir tocando. Ahí, justo en el “Encuentro Imaginario” nace, sin nombre, sin rostro: “Alondra”. Y ahora la gira Alondra se perfila como lo que habíamos esperado: volver a tocar y componer.
PyL.- Este tres de marzo en el teatro Achá, Quimbando cumplirá 14 años de vida, eso es mucho tiempo para una banda. Qué lugar creen que les corresponde en el cancionero boliviano. Qué lugares todavía creen que deben explorar. En una proyección imaginaria, cómo ven al grupo en diez años.
A.D.- No buscamos tener un lugar, posicionarnos o apoderarnos de un lugar. Me parece muy ambicioso, poco creativo y artístico. Ser una mosca en el oído es lo más desagradable que existe. A algunos les va bien y son “exitosos”.
Explorar es una búsqueda constante, afuera y ahí dentro, bien dentro. Con el tiempo la intuición se vuelve más racional y esta se vuelve experiencia. Siento que Quimbando aún tiene más por explorar y escuchar y es porque hay una fuerza que nos lleva a seguir escuchando. Escuchar es saber callar, aprender, detenerse, es saber imaginar.
PyL.-El nombre Alondra a qué alude, más allá de lo estrictamente literal. Cómo adoptan el nombre para la gira.
A.D.- Alude a un momento como curso natural, algo que se está y que debe seguir. Adopta el nombre igual que la anterior gira (Encuentro Imaginario) porque es una canción, que además se la compone a través del encuentro de dos integrantes, como permanente búsqueda de seguir haciendo canciones y estas se superponen a los compositores para lograr cantar a través de todos. Entonces la Alondra avizora tal vez otro tiempo pero de la misma mano de seguir componiendo.
PyL.- Cómo ha estado el apoyo institucional y privado. En Sucre cómo les ha ido.
A.D.- Es una pregunta que no es difícil de contestar, pero de sólo pensar la respuesta, agota.
No es fácil conseguir apoyo, creo que en ningún lado. Siento que las instituciones públicas, en general en todo el país, pierden tiempo haciendo agenda de actividades y repitiendo siempre lo mismo todos los años. Estamos tan mal acostumbrados que es mejor seguir en ciertas costumbres y evitar la fatiga de apoyar nuevas iniciativas o proyectarlas. Este tiempo en Sucre me ha permitido, a través de un proyecto personal, conocer algo de gestión y tener contactos, y me convenzo que si no amara la música o lo que hago no estaría buscando opciones, apoyo. Con Quimbando en estos 14 años muy pocas veces hemos recibido apoyo de instituciones públicas y/o privadas, para ser exactos dos. La primera, el 2016 el Ministerio de Culturas nos permitió tocar en el Palacio Chico y que logramos que nos pagaran, apenas. La segunda, es en esta gira, en Sucre, que a través de gestiones de más de tres meses es que recibiremos apoyo real de instituciones como Fancesa, Universidad de San Francisco, CORREO DEL SUR y la Secretaria de Cultura de la Alcaldía, a pesar de este “logro” siempre uno imagina que puede haber más, sobretodo de algunas instituciones, pero bueno, vamos de a poco, igual muy agradecidos porque finalmente estaremos en Sucre. Vale resaltar que existe gente silenciosa que colabora con desinterés y esos son necesarios y muy importantes. Me gustaría mencionar que tendremos una fecha más en Klásicos al día siguiente del Mariscal. Klásicos es un pub que tiene las condiciones y el espacio para que se presenten ocho músicos.
Quimbando en breve
Quimbando deriva de la palabra "quimba" de la cueca. Para decirlo de una vez, Quimbando es algo así como "reflexionando" o "filosofando", con el valor presente e imperativo que el gerundio le otorga al verbo.
“Su primer álbum “Cantos y desencantos”, vio la luz en año 2004 y le siguió "El último refugio"(año 2006); el 2009 editaron su tercer álbum, ¨Apaguen la luz¨, con temas como ¨Gotas¨, ¨Apaguen la luz¨, ¨Venus¨ y ¨Corazón consigna¨ que representan un disco que intenta buscar lo apropiado, un sonido insurgente -como dice la letra de la canción más conocida del disco.
A finales del 2012, aparece ¨Amanecer en menor¨, un disco de despedida y para mí el mejor. Emotivo -se siente- más audaz en todo, con una muy buena calidad de interpretación de los músicos; equilibrio perfecto entre música y poesía en la composición. Ese disco es un blues. Hay tanto sufrimiento ahí adentro... que conmueve”. (Danilo Rojas).
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