“Vox Dei es una pieza clave de la historia del rock argentino, es trabajo y constancia”, comenta, desde Berlín, el cantautor boliviano Vadik Barrón.
“Esta banda es un pilar fundamental para la música latinoamericana y, a nivel personal, una de las mayores influencias de mi carrera en la música”, añade Gonzalo Gómez, cantautor y guitarrista de Gogo Blues y gestor del FestiBlues Bolivia 2013 que, en su primera versión, propicia la llegada de los legendarios autores de La Biblia.
Este grupo activo desde hace más de 40 años, aunque con varios cambios en su formación, se presentará el sábado en el Cine Teatro 6 de Agosto y en el pub Equinoccio como plato fuerte de este evento que pretende institucionalizarse para celebrar, una vez al año, a este ritmo musical que en el medio tiene muchos adeptos.
Los argentinos tocaron ya -y con mucho éxito- el pasado domingo en Santa Cruz donde arrancó el FestiBlues que, en criterio de Gómez, “es una fiesta musical, una fiesta del blues que esperamos que en los siguientes años llegue a otras capitales del país”.
“Todos los roqueros del país -afirma Gómez- tenemos alguna influencia de Vox Dei, y no sólo los actuales, sino los de generaciones anteriores; por eso, las tocadas del sábado serán históricas' además les adelanto, por lo vivido en Santa Cruz, que escuchar cantar a Willy Quiroga es tremendamente emocionante”.
El festival blusero arrancará mañana cuando se presenten en el 6 de Agosto las bandas locales Nikopol y GoGo Blues y los argentinos Motor Blues.
El sábado será el turno de la Negra Figueroa y La Chiva, en representación del país, y, de fondo, Vox Dei. Ambos días habrá “after party”, con las mismas bandas, en el Equinoccio.
Sobre la importancia del grupo, el crítico musical Sergio Calero piensa que si bien “Vox Dei es un nombre esencial en el rock argentino, tuvo poca influencia y llegada a otros países, quizá porque su historia de algún modo quedó anclada en su gran obra La Biblia de 1971 y porque el alejamiento del principal autor Ricardo Soulé frenó su proyección”.
“El actual Vox Dei -agrega- con el único miembro original, Willy Quiroga, como muchas otras bandas, vive como una especie de banda de tributo de sí mismos, y deben interpretar lo más fiel posible lo hecho antes. Por supuesto esto no le quita atractivo a su llegada”.
Más entusiasta es Barrón: “en Vox Dei encontramos quizás el antecesor más directo de una canción rock abierta, pensante pero no demasiado intelectual; sensible pero no cursi, e intencionadamente universal en sus alusiones y personajes”.
“En términos netamente rocanroleros -culmina- el sonido del ensamble power trío de Vox Dei siempre fue impecable' Y es también una banda de grandes títulos: Gata de noche, La nave infernal, Azúcar amarga, Caliente. Es una nube, no hay dudas'”.
Losconciertos
Viernes Desde las 19:00 en el Cine Teatro 6 de Agosto, tocarán Nikopol, GoGo Blues y Motor Blues. A las 23:00, las mismas bandas estará en Equinoccio, donde el cóver será de 30 bolivianos, pero quienes tengan tickets del teatro, entrarán gratuitamente.
Sábado Desde la misma hora, en el escenario municipal, estarán la Negra Figueroa, La Chiva y Vox Dei. También habrá after party a las 23:00 en el Equinoccio con un cóver de 60 bolivianos.
Opinión
Vadik Barrón Cantautor y escritorPor lo que a mí respecta, Vox Dei es Oruro. Me resulta imposible disociar las enormes canciones de Soulé, Quiroga y compañía sin evocar mis años de tardía adolescencia guitarreando en el bar Brujas y las plazas del centro de Oruro, junto a la bohemia de los 90, o los amables borrachos con intención artística, que vienen siendo lo mismo. Las primeras versiones que escuché de Vox Dei fueron por supuesto apócrifas, canciones tocadas en dos acordes (todavía guitarreo Sin separarnos más sin ruborizarme). El lomo de mi primer casete regrabado dice Box Day' hay que ser burro.
Para mí Vox Dei encarna un rock en español emotivo que toca una campanita dentro de tu cabeza enseñándote que hay un discurso y un sonido posibles entre el virtuosismo (a veces pomposo) y la sensibilidad (a veces naif).
Y ahí están sus momentos elevados, casi geniales porque, aunque carezca de glamour, Vox Dei es una banda estética y temáticamente ambiciosa: si hay algo que les admiro es haberse metido con la Biblia.
Alan Parsons Project y luego Lou Reed recrearon el imaginario de Edgar Allan Poe, Pink Floyd musicalizó una granja rebelada y posmoderna de Orwell, pero la Biblia...
La Biblia es su gran legado, nada mal para un continente en constante erupción que entregó millones de cuerpos (y probablemente de almas) a los defensores del libro aludido.
Vox Dei actualiza los mitos y los hace terrenos, cercanos, sociales, humanos. Vox Dei sitúa su discurso urbano y contestatario en algún lugar entre la poesía hermética y de alta belleza de Spinetta, las hábiles alegorías de Charly García, la terrenidad de Gieco y el temprano blues barrial de Manal y Pappo’s Blues.
El disco Jeremías pies de plomo es irreprochable. Ni siquiera la melosa versión de El presente, que acompaña la fallida peli Tango feroz, disimula la valía autoral de una banda que hizo cantar a varias generaciones.
Esta banda nunca dejó de tocar, reformuló su alineación incontables veces, pero no pararon de hacer conciertos, y eso se respeta. No “la rompieron” como se dice, no hubo una cresta de la ola en su popularidad, pero tampoco reciclaron la nostalgia, sino que eligieron el trabajo continuo y eso se aplaude. De pie.
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