Harold Beizaga, su fundador y gestor, nos cuenta cómo evalúa esta quinta versión y cómo debemos encarar el futuro de algo que ya es un patrimonio, no sólo de Sucre, sino de Bolivia toda. Aquí su conversación con Puño y Letra.
PyL.- Ya en su quinta versión, en qué se ha convertido el Festival Guitarras en la Ciudad Blanca.
H.B. En un proyecto de magnitud nacional, en mayor proyección temporal y en incidencia social. Nuestro Festival forma parte de un Multifestival-Red “Círculo de Cuerdas”, estableciendo una articulación-circulación a través de varios programas de promoción y formación artística, y de difusión artística y cultural, en este periodo (julio) ya realizando festivales de guitarra en varias ciudades de Bolivia. Es un festival que con el apoyo y no apoyo de ciertas instancias e instituciones proyecta la imagen de una ciudad cultural y con dinámica artística, a nivel mundial. También es un espacio que recrea y dinamiza una identidad regional, con interculturalidad respetuosa y solidaridad social.
PyL.- Ha sido el más largo de los festivales. Vale la pena hacer uno de esa dimensión. Qué balance has sacado de todo este esfuerzo.
H.B.- El alcance temporal de casi un mes, pretende ser también un aporte cualitativo, con más de 50 actividades tanto formativas y difusivas (Conciertos Gala, conciertos convivencia cultural, conciertos bohemia, talleres, clases magistrales, conversatorios, conferencias), y más de 70 artistas entre locales, nacionales e internacionales. En este muy arduo emprendimiento hemos comprendido que existe una propuesta cultural de formación de públicos y sensibilización artística sostenida hacia la comunidad, que si bien es incomprendida -por ciertas instituciones y grupos sociales y políticos dominantes que generan apantallamientos fugaces y eventualismos para masa acrítica-, es necesaria.
Pyl.- Cómo sientes al público. ¿Se está formando un público consumidor en Sucre capaz de sostener a futuro la realización de un evento de esta magnitud?
H.B.- Mucha personas -foráneos y locales- comentan sorprendidos sobre las características y proyección del Festival en un piélago de criterios insuficientes, inclusive dentro de la comunidad artística y gestionaría local. Es ostensible el hecho que el verdadero arte, vindicador, ruptor, asertivo no se complace en consensos de una política cultural – aquí inexistente- a nivel público ni en un traslapado consumismo econométrico de la cultura. Que un evento de esta magnitud sea subvalorado en nociones vagas de consumo económico, prebenda política y turística y que sea aprobada, diría de su pobreza más de lo que debiera. En nuestro caso, considero, estamos en otro camino fructífero.
PyL.- Hablemos de tu arte. Haz un balance del nivel de la guitarra en Bolivia y en Sucre. Hay una propuesta o son esfuerzos muy aislados.
H.B.- Existen iniciativas aisladas que están generando nuevos espacios y visiones para las nuevas generaciones. La creación de la Orquesta de Guitarras bolivianas “Círculo de Cuerdas”, iniciativa propia pero que es engranada en una confianza comunitaria y un autoconcepto enriquecido en la colaboración y la inteligencia colectiva, es resultado positivo frente a la adversidad de un sistema desequilibrado. Somos aún pocos quienes desarrollamos una carrera profesional como concertistas de guitarra, y mucho menos quienes contribuimos a un bienestar común, pero sintomáticamente –en relación a menos de 10 años atrás- estamos progresando y fortaleciendo una comunidad guitarrística más allá de lo académico.
PyL- Para el próximo año cuáles son los planes. Qué esperas para la sexta versión. Con qué te gustaría contar. Qué crees que es lo que más hace falta.
H.B.- Para una próxima edición requerimos un mayor compromiso y proactividad de las instituciones comprometidas con la colaboración económica, logística, comunicacional y en infraestructura, más por la magnitud del evento que por la ausencia de apoyo en estos años. Necesitamos una visión clara de política cultural que promueva estos emprendimientos, una normativa administrativa y legal municipal que no burocratice ni destruya estos proyectos, una confianza real en el trabajo conjunto entre iniciativa ciudadana, empresa privada, gobierno local-nacional y cooperación internacional, y una despartidización política de la cultura y el arte que resignifique el verdadero trabajo y aporte artístico y cultural.
HAROLD BEIZAGA EN BREVE
Concertista de guitarra, poeta, compositor e investigador en historia del Arte, que recupera y renueva sus raíces históricas y culturales. Actualmente es uno de los guitarristas bolivianos más sobresalientes con vigencia y reconocimiento en escenarios nacionales e internacionales.
Su actividad investigativa abarca la recopilación y el estudio historiomusicológico y literario, centrando su campo en la producción y práctica histórica de los siglos XVIII al XX, obteniendo así becas, ofreciendo conferencias y ponencias, publicando en revistas y periódicos de Bolivia, Perú, Suiza e Italia.
Ha sido invitado por diferentes festivales internacionales e instituciones culturales en Bolivia, Sudamérica y Europa para difundir su trabajo investigativo y artístico. Es fundador y director general del Festival Internacional “Guitarras en la Ciudad Blanca” (Sucre) y el Multifestival Internacional Guitarrístico “Círculo de Cuerdas” (Sucre, Potosí, Tarija), considerados los acontecimientos y festivales guitarrísticos más importantes en Bolivia y de proyección mundial.
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