M iguel Cabruja Chávez en el escenario es pura pasión y fuera de el también. Comparado por algunos con Mick Jagger por su parecido físico, transmite con su música puras emociones, que están bañadas de sencillez y honestidad, características propias de él. Conocido en el ambiente del rock como "Mike", nació en el barrio Magisterio de la ciudad y vivió parte de su niñez entre Buena Vista y San Carlos, de donde son sus padres. Atraído por la buena música desde pequeño, conformó su grupo en 2007. "La primera sala de ensayo fue en mi cuarto, solo éramos batería, guitarra y voz", cuenta el ahora líder de Los Salmones, que se declara amante de su familia y amigos que forman la base de mi "ethos cultural" y lo que lo define como individuo.
¿ Con quién te gustaría tocar?
M.C.: Me encantaría hacer un proyecto de música folclórica camba, de los que ya no están....con Godofredo, Percy Ávila. Escribir con Horacio Rivero y Raúl Otero. Componer con Rogers Casanovas y los Norteños. De los que todavía están, con el grupo Amboró de la provincia Ichilo, es el folclore con el que más me identifico. En cuestión de RockBlues en español, La Mississippi de los blues maestro con B.B King y en el country WIllie Nelson.
¿Cómo empezó el proyecto de Los Salmones?
M.C.: El proyecto de Los Salmones tiene dos etapas, la amateur en la que tocas por el impulso y por el gusto, pero sin ninguna intención de hacerlo para siempre. Y la segunda etapa en la que te das cuenta que hay que organizarse, que todos los actores tienen que remar juntos y mejorar día a día. Esa etapa profesional empezó el 2011, la banda fue adquiriendo cuerpo con la incorporación de Toti Barrenechea y Glen Vargas Jr en la guitarra. Grabamos los primeros temas donde Alfredo Laprovitola y empezamos a tocar casi todos los fines de semana y a viajar. Y así seguimos.
¿En qué proyectos están?
M.C.: A la fecha, estamos a punto de rodar nuestro tercer videoclip bajo la producción y dirección de Matías Sacías, Cabruja Films e Hijos del Buri. En septiembre lanzaremos el single "Verde, blanco y verde" y para fin de año, el segundo disco de la banda.
¿Qué fue lo que más te costó para seguir con el grupo?
M.C.: Lo que cuesta es mentalizarse en que este es un trabajo, que requiere 8 horas o más de trabajo como cualquier otro. Es costoso porque hay muchas responsabilidades aparte y las condiciones no son las mejores. De todas maneras, somos gente que en el momento que se necesita se apoya, así que por eso seguimos.
¿Qué es lo que más te provoca indignación?
M.C.: Me provoca indignación la hipocresía de la sociedad, que tienen como primer responsable al Estado que es en teoría el que tiene que aglutinar a los "más capacitados". Sin embargo, es la primera colmena de corrupción, mediocridad y desinterés por el prójimo. El Estado es un parásito que vive de la gente y no le permite mejorar.
¿Cuál fue tu momento más triste y aquel en el que te hayas sentido en la gloria?
M.C.: Los momentos tristes hay, pero son cosas pasajeras, nada grave, malentendidos por alguna cosa o decepciones porque la gente no hizo lo que pensabas o las cosas no fueron del todo exitosas, pero tristezas feas las hay peores y fuera de la música y el arte. La gloria más hermosa fue estar en la final del Mundial de Brasil junto a mi novia y dos de mis mejores amigos.
¿En qué consiste los Hijos del Buri?
M.C.: Los Hijos del Buri es un colectivo de mentes creativas que tienen como objetivo exponer y transformar los rasgos culturales cambas en productos modernos, investigarlos, regenerarlos, catalogarlos y su visión es la alegría de los buris.
¿Por qué mezclan las tradiciones cruceñas con el rock?.
M.C.: Mezclamos las mitologías y el acervo cultural porque es la responsabilidad de mi generación, somos un pueblo fragmentado por el boom inmobiliario y tecnológico que sufrió la ciudad. Pero tenemos en nuestra psiquis el latido de un camba llano, somos hijos de un pueblo que estuvo estancado 400 años y eso no va cambiar de la noche a la mañana, y peor, será olvidado.
¿De dónde nace el nombre Los salmones?
M.C.: Adoptamos el nombre antes de que fuéramos una banda, en el colegio. Un amigo tenía el disco de grandes hits de Calamaro, entre ellos el salmón, él me hizo escuchar el tema y para hacerlo grupal lo hicimos en plural. Al comienzo éramos como una camarilla parecida, pero no igual a las que abundaban en la época de los 2000.
¿Cómo se ven dentro de 30 años?.
M.C.: Espero que seamos gente de bien, que la música nos permita ser felices y formar nuestras familias. Que el rock ayude a crear conciencia crítica en la sociedad, en especial en los jóvenes para que hagamos un lugar mejor desde donde nos corresponde. Que sigamos viajando por el mundo, compartiendo lo propio y lo extraño. Y que las canciones hagan felices a la gente en los buris.
'Tenemos en nuestra psiquis el latido de un camba llano, somos hijos de un pueblo...'
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